
En los dos primeros siglos vestían de pastorcillos con una pelliza que mostraba la lana del cordero, calzones cortos y unos borceguíes o botas de becerro. El nombre de seise, es una modificación fonética, mediante el seseo andaluz de la palabra castellana seize, que significaba dieciséis. De este modo, fueron en su origen dieciséis aunque actualmente se ha reducido a doce.

Originariamente, los seises bailaban con el adufe o pandero, instrumento muy popular en Sevilla en épocas pasadas. Pero se ha sustituido por unas castañuelas. La música que interpretan en sus bailes en un principio eran Villancicos, entre ellos el Guárdame las Vacas. A finales del siglo XVI se sustituyen por canciones musicales de mayor empeño creados por los maestros de capilla de la catedral, con acompañamiento de órgano polifónico que han evolucionado desde las gallardas, hasta las pavanas.
En todos los actos que participan echan tres bailes: uno en honor al Santísimo Sacramento, o para la Virgen, el segundo en honor al prelado, y el último para las autoridades y el pueblo.
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