Unos pescadores de la localidad almeriense de Garrucha se encontraron en la tarde del Jueves con una enorme sorpresa entre las redes de su barco de arrastre.
Había salido en busca de bacalao y lo que atraparon fue un ejemplar de tiburón peregrino de más de dos mil quinientos kilos y siete metros de largo.
La insólita captura provocó la curiosidad de muchos vecinos que se acercaron hasta la lonja para ver de cerca al animal.
La delegación de Medio Ambiente en Almería estudia hacer una réplica de este ejemplar para exponerlo en un centro de interpretación marina.
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