martes, 26 de febrero de 2008

Santa Lucía


Hermandad de Santa Lucía, Virgen y Mártir

Sede Provisional Parroquia de San Román.


Procesiona en Septiembre.


Referencia histórica.- Una de las pocas Hermandades "hagiográficas" (dedicadas exclusivamente a santos) de la Sevilla Gloriosa. Pero que muy bien debe alinearse junto a las otras corporaciones en virtud de su acendrado carisma devocional. Su historia es relativamente reciente: En plena República, ano 1931, varios jóvenes crearon una Asociación de Santa Lucía en torno a una imagen que existía en la iglesia de San Julián y que poco después resultó pasto de las llamas. Pasaron a Santa Marina con una foto de la perdida efigie, hasta que dicho templo corrió la misma triste suerte. No desanimados por tantas adversidades, los jóvenes recuerdan que en la iglesia de Santa Catalina hay otra imagen de Santa Lucía, cuyo culto les autoriza el cardenal Ilundain.

En 1955 conmemoró la Hermandad brillantemente su 25 aniversario. La procesión del año 1964 no pudo completarse por deficiente sujeción de la escultura al paso, y hubo de regresar con dos personas subidas a la parihuela para sujetarla. En 1980 fue trasladada a la iglesia del Salvador donde se celebró solemne función, por el cincuentenario. En 1999 no salió procesionalmente, por hallarse la efigie en restauración. Alma de esta corporación desde su nacimiento fue el cofrade fundador Manolo Panal Ríos.

Referencia artística.- No se conoce el autor de la bellísima escultura de la Santa, obra de extraordinaria elegancia, anónima, de la escuela barroca sevillana. Sentida expresión, celestial arrobo, empaque compositivo, sutil dinamismo en el manteo o dibujo de los ropajes, perfecto trazado morfológico. Luce los correspondientes emblemas: aureola de santidad, bandeja con los ojos, espada martirial y palma de triunfo. Se computan tres intervenciones: Una por Castillo Lastrucci, al hacerse cargo de ella la Hermandad; otra en 1959 por Manuel Cerquera, quien estofó los ropajes con diáfanos colores; la última y más reciente, por el profesor Juan Manuel Miñarro, con criterio estrictamente científico y conservador.


Considerada como especial abogada de los ciegos y padecimientos oculares (antaño la veneraban también mucho las modistillas), sus estampas y fotos han trascendido hasta fuera de la capital. Todo esto motivó que pasara del altar a la calle, del ara a las andas. Estas se ennoblecen con sensacional peana del siglo XVIII, adquirida al monasterio de Santa Paula, y que es precisamente uno de los conjuntos arquitectónicos más grandiosos y estimables entre los pasos de Gloria. Francisco Ruiz construyó los respiraderos en 1938 y Juan Pérez Calvo los candelabros mayores en 1961, añadiéndole poco después los candelabros menores. El ajuar corporativo consta de dosel, tallado por el mismo Pérez Calvo; varas, ciriales e incensarios de Jesús Domínguez, etc.

Datos curiosos.- Por su valor sentimental destaca una pequeña reliquia de la Santa siracusana (se da a besar en su fiesta del 13 de diciembre). Es una de las advocaciones con mayor número de patronazgos, según podemos leer en las convocatorias de sus cultos. Como fiel e indudable reflejo de la popularidad alcanzada, entre sus devotos se contaban La Niña de los Peines, El Pinto y Estrellita Castro.

Momentos destacados.- Luce mucho entre los naranjos de la calle Doña María Coronel, así como en las cercanías de su templo, teniendo al fondo la morisca torre y la barroca cúpula de Santa Catalina.

La información contenida en esta entrada ha sido tomada de la página web de Hermandades y Cofradías de Sevilla.

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