martes, 3 de agosto de 2010

El Palacio del Marqués de la Motilla

El Palacio del Marqués de la Motilla aparece en pleno centro histórico de Sevilla como si de una construcción medieval se tratara, encontrándose en la calle Laraña, en pleno Casco Antiguo de la ciudad.

Historia:

Su construcción viene obligada por la necesidad de levantar una nueva fachada a la calle Laraña, afectada por la operación de ensanche a que es sometida ésta, a principios del siglo XIX, junto con otras calles importantes de la ciudad.

Se trata de un proyecto realizado entre los años 1921 a 1924, cuyas obras se realizaron muy lentamente motivado por los problemas surgidos por el propio ensanche, quedando acabado en 1931.

En plena época historicista su propietario, el marqués de la Motilla, contrata a dos importantes arquitectos del momento para llevar a cabo su obra, de claro carácter medieval: por un lado trabaja su creador, el arquitecto Gino Coppede, a quien se le encarga el diseño del edificio y, por otro, Vicente Traver, a quien le correspondería la dirección técnica de la obra.

Palacio:

Surge así una edificación de clara inspiración florentina que presenta una fachada de corte italiano-medieval que difícilmente deja indiferente a quien pasa junto a ella. Su elemento principal es su soberbia torre-mirador, realizada en ladrillo, que, con planta rectangular y unos veinticinco metros de altura aparece coronada por unas potentes almenas, que en su conjunto recuerda a la del Palacio Vecchio de Florencia, en la que se inspira su autor.

Otros elementos afines imprimen carácter a la torre, como son el menudo dentado del voladizo superior bajo las almenas o las series de arcos neogóticos de sus ventanas enlazadas con finas columnillas, que le confieren un aspecto de auténtico castillo urbano.

El resto de la fachada a la calle Laraña también participa del almenado superior, al igual que la torre, y presenta bajo él una bella galería de arcos de medio punto que le da aspecto de claustro medieval.

Pero esta fachada no fue la única que fue tratada durante esta intervención, ya que la que presenta a la calle Cuna, donde existe un cuerpo de estilo regionalista dominado por un bello mirador, también fue modificada, creándose además entre ellas un muro en ángulo, igualmente de inspiración goticista, para enlazar ambos cuerpos.

Este muro se abre al exterior mediante una sucesión de huecos de arcos apuntados, y en el ángulo cuenta con un gran balcón volado sobre ménsulas con antepecho en piedra calado. Tras él se crea un patio-jardín, dando lugar así a una singular fachada en esquina, tanto por su poca altura como por su uso poco convencional, que hace resaltar aún más la visión de la alta torre de corte medieval.

Fuente: Sevillapedia.

Más fotografías aquí.

3 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

¿Sabes qué tenía que ver esta casa palacio con los Marqueses de Urquijo?
Gracias, saludos

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Un blog excelente, acabo de descubrirte, te invito igualmente a pasarte por el mìo dedicado al reinado y la época de Carlos II.

Un saludo.

Duende del Sur dijo...

A decir verdad, desconozco la relación de los Marqueses de Urquijo con esta casa-palacio sevillana, no cogé ventaja, ¡miarma!; no obstante, sé que ambas familias (Marqueses de Urquijo y de la Motilla) se entroncan a raíz del matrimonio entre María Teresa Morenés y Urquijo, Marquesa de Grigny y nieta de los Marqueses de Urquijo con don Juan Pedro Domecq y Solís, sobrino del Marqués de la Motilla (la boda tuvo lugar en agosto de 1967 en Sant-Lloréns, Tarragona).

Como curiosidad y enlazando un poco con el segundo comentario, decir que el marquesado de la Motilla es un título creado por el rey Carlos II en 1679, a favor de Francisco Fernández de Santillán y Quesada, que heredó Miguel Ángel de Solís y Martínez Campos (undécimo y actual marqués de la Motilla) cuando falleció su padre, don Fernando Solis y Atienza, quien encargó la construcción de esta impresionante casa-palacio.

Muchas gracias por sus palabras de agradecimiento para con mi blog, Carolvs II. Ahora me pasaré por el suyo.

Reciban un saludo cordial.