sábado, 3 de febrero de 2007

El Carnaval de Cádiz


Cádiz es quizá de los carnavales españoles el que tiene una imagen más jocosa y divertida. Frente a la espectacularidad de otros carnavales, la ironía y en algunos casos mordacidad de las chirigotas gaditanas es un punto a su favor. Además no faltan otros espectáculos para que la fiesta esos días en Cádiz sea completa. Los orígenes de este carnaval son bastante curiosos, ya que se remontan al siglo XVI cuando Cádiz era uno de los puertos más importantes del Imperio español y a esta ciudad llegaban influencias de todas partes del mundo. En concreto de Venecia, ciudad con la que compartía muchos lazos comerciales, se copiaron algunas de las tradiciones que han evolucionado y han terminado con convertir al Carnaval de Cádiz en uno de los que más personalidad tienen. La ciudad entera se vuelca con el carnaval, especialmente el sábado, y si nunca has estado en esta ciudad es una ocasión muy especial para conocerla, disfrutar del ingenio de sus chirigotas y de todo lo que los gaditanos tienen que ofrecer. Si ya conoces la ciudad no hará falta mucho para convencerte de lo acertado de una escapadita esos días a tierras andaluzas...

Antecedentes del carnaval de Cádiz
Aunque posiblemente hubiera celebraciones carnavalescas posteriores, las referencias documentales que conocemos nos conducen a creer que los precedentes del Carnaval gaditano se remontan a la segunda mitad del siglo XV, época de la llegada de los comerciantes ligures que se desplazaron hacia Occidente tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos. Consecuencia de ello, en la Bahía de Cádiz se fue formando una importante colonia de genoveses, principalmente, que junto a la actividad económica, trajeron sus tradiciones y costumbres. La fiesta debió cobrar fuerza en el siglo XVI, y a finales de dicho siglo encontramos testimonios concretos alusivos, siquiera indirectamente, a la fiesta de Carnestolendas; y, en la primera mitad del siglo XVII, podemos leer documentos que muestran un fuerte arraigo del Carnaval gaditano, tanto, que obligaba a la iglesia a "dispensar" a sus feligreses en los días de Carnaval, o a suspender los trabajos de reparación de los barcos en las atarazanas de Cádiz. De estos documentos se puede concluir que el dominio de don Carnal -pese a las prohibiciones que se multiplicaron desde comienzos del siglo XVI- era abosulto en Cádiz durante su reinado temporal, cada año, en los tres días previos al Miércoles de Ceniza. Ya en el siglo XVIII las referencias documentales son relativamente frecuentes, ya sea en forma de bandos tratando de prohibir las fiestas, ya en los cuentos del Ayuntamiento gaditano que recibía buenos dividendos por la cesión del Teatro Principal para los bailes de máscaras. También en los primeros periódicos gaditanos encontramos referencias al Carnaval, como ocurre con "Gaceta de Cádiz", que en febrero de 1763 daba noticia de los preparativos de las fiestas. Pese a reiterados intentos de supresión, el Carnaval terminó triunfando -ni tan siquiera durante el asedio del ejército de Napoleón se llegaron a suspender las fiestas de Carnaval en Cádiz- y en la segunda mitad del siglo XIX el Ayuntamiento acabó asumiendo la fiesta como propia de la ciudad, incluyéndola en su programa festivo y en sus presupuestos.

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