miércoles, 18 de abril de 2007

Origen de las Sevillanas

El origen de las sevillanas hay que buscarlo en la seguidilla castellana. Esta está formada por cuatro versos, de siete sílabas los impares y de cinco los pares, en rima consonante, y de un estribillo de tres versos, con el primero y el tercero, que riman, de cinco sílabas y el segundo de siete. Las seguidillas fueron recogidas por primera vez en el "Cancionero de Palacio", que data de la época de los Reyes Católicos. Normalmente se usaban sueltas como pie de otros cantares breves, hecho que podría ser el origen de su nombre. Llegaron a tener individualidad literaria propia en los últimos años del siglo XVI, cuando adquirieron gran popularidad por la facilidad de su composición, su musiquilla y su baile ligero y alegre. De la unión de las coplas nació el estribillo.

En el siglo XVII nacen las seguidillas sevillanas, potenciadas y elaboradas por los pícaros y marginados de Sevilla que las convirtieron en las reinas de las juergas de la época. En el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones y la influencia francesa, en España se crea el bolero. Este baile es adaptado a las seguidillas y supone el principio de las conocidas como sevillanas boleras.
Hasta 1847, justamente el año de la fundación de la Feria de Sevilla, no se empieza a conocer a la seguidilla sevillana o seguidilla bolero simplemente como sevillana. La primera vez que fueron nombradas así fue el 4 de Abril de 1847 en el Teatro del Liceo de Barcelona. La Real Academia Española no incluyó el término en el Diccionario de la Lengua Castellana hasta 1884.
Muchas sevillanas fueron compuestas por poetas anónimos y pasaron luego al dominio popular. Hasta este siglo no se le da a los autores la importancia merecida, pasando las sevillanas a tener autoría registrada y documentada, tanto en letra como en música. Por su variedad temática, se pueden clasificar en distintos grupos: de tema amoroso y sentimental, corraleras, rocieras, temas sevillanos (la ciudad, la Feria, la Semana Santa, temas taurinos, personajes populares), marineras, sociológicas y políticas, relativas a otras provincias andaluzas, etc.

A finales de los sesenta, las sevillanas comienzan a vivir una época de gran popularidad, gracias en gran parte a la profesionalización de sus intérpretes. Así, por esa época comenzaron a aflorar solistas, dúos y grupos, algunos en activo todavía. Algunos nombres míticos son los Los Romeros de la Puebla, Amigos de Gines, Los Marismeños, Los del Río, Paco Palacios "El Pali" y un sinfín de nombres más.

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