La Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla es el coso taurino más antiguo de España. Sede de las corridas de toros que se realizan en el marco de la Feria de Abril de Sevilla, uno de los festejos taurinos más reconocidos en el mundo.
Es considerada uno de los centros de atracción turística más populares de la ciudad y está entre los monumentos más visitados de la misma. Como plaza es una de las más difíciles del mundo por su disposición y características, además de su público, del cual se dice es de los más duros y difíciles entre la afición taurina.
En 1749 se comienza la construcción de un coso circular en el monte del Baratillo en sustitución de la plaza de toros rectangular ubicada en el lugar. Posteriormente, en 1761, se acomete la construcción por ochavas (equivalente cada ochava a cuatro arcos). Son maestros de obra en esta primera etapa de construcción Francisco Sánchez de Aragón y Pedro y Vicente de San Martín. La fachada interior de la plaza llamada Palco del Príncipe se concluye en 1765, este palco consta de dos cuerpos: la puerta de acceso a la plaza y por la que salen los toreros triunfadores, y el palco propiamente dicho, de uso exclusivo de la Familia Real. Está compuesto en su parte superior por cuatro arcos sobre los cuales descansa una bóveda de media naranja, que en su parte superior está recubierta por azulejos blancos y azules. El grupo escultórico que lo remata es obra del escultor portugués Cayetano de Acosta. El Palco fue realizado para el Infante de España, Felipe de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio.
Dada la prohibición de celebración de corridas de toros por parte de Carlos III en 1786, se paralizan las obras la cuales se dan por concluidas, aunque sólo se había construido un tercio de la plaza. De esta etapa es también el antiguo Palco de la Diputación posteriormente llamado de Ganaderos, situado sobre la puerta de toriles y frente al Palco del Príncipe.
La cubierta de las gradas de la mitad de la plaza se termina transcurridos 34 años, a la izquierda y derecha del Palco del Príncipe; quedando abierta una panorámica de la Catedral y la Giralda desde la gradería, como quedó reflejado en gran número de estampas de la época.
En 1868 el Palco de la Diputación se encontraba en tan lamentable estado que se acomete la mejora del mismo, colocándosele nuevo suelo y una balaustrada de mármol, además del escudo de la Real Maestranza de Caballería, obra del escultor italiano Augusto Franchy. Se realiza además la construcción de cinco balcones a cada lado del Palco de la Diputación, donde actualmente se encuentra el reloj de la plaza.
Finaliza en 1881 la construcción de la plaza cerrándose completamente la misma, quedando entonces construida en sus dos terceras partes en cantería y el resto en madera.
Entre los años 1914 a 1915 se reforma el tendido en piedra sustituyéndolo por otro en ladrillo bajo la dirección del arquitecto sevillano Aníbal González. Se construyen de nuevo todos los tendidos con una pendiente más suave. El número de filas de tendido de sombra pasó de diez a doce y a catorce en los de sol, además de tres filas de barrera. En la parte superior del tendido de sombra, delante de los palcos, se edifica una fila de sillones de tendido.
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