jueves, 14 de junio de 2007

De Arjona a Porcuna


Desde Arjona, por la Puente y Alharilla, la frontera de las ovas fluviales y de los ivas celestiales, y ganando el repecho obulconense, se halla Porcuna. Por allí dicen que los de Arjona eran moros blancos y los de Porcuna moros negros, seguramente para diferenciar a los al-nasr, de origen sirio, con ojos verdes y cabellos rojos, de los almorávides, de origen africano, con ojos negros y cabellera encrespada. Porcuna, la antiquísima Obulco, mantiene en activo canteras arqueológicas, un constante hallazgo de testimonios ibéricos y romanos, y canteras de piedra caliza para la edificación y ornamentación. Ciudad importante de la Orden de Calatrava (a dos pasos se encuentran Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava, aduanas defensivas de la Orden), conserva el centro roqueño de la Torre Octogonal, habitación realquilada por los Reyes Católicos para el descanso forzoso de Boabdil después de la batalla de Lucena. El Torreón Ochavado y la Casa de la Piedra, que construyera Antonio el cantero con el auxilio de una burra de la tercera edad, son según un amigo porcunés, los grandes orgullos de la vieja Obulco. En cambio, un amigo arjonero, asegura que la gloria grande de Porcuna es el salpicón de mariscos que preparan en el casino.

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