viernes, 8 de junio de 2007

El Pabellón de Marruecos


El Pabellón de Marruecos está situado junto a la estación intermedia del telecabina, en la esquina de la Avenida 5 (Calle de Charles Darwin) y el Camino de los Descubrimientos. Lo que más llama la atención de él es su arquitectura, típicamente magrebí. Es un edificio plagado de minúsculos detalles, donde el azulejo cobra gran protagonismo con sus artesanas combinaciones de colores, así como la presencia de diversas fuentes que emanaban el agua que tanto necesita esta nación a la que siempre se atribuye un clima seco.


Otro de los materiales empleados fue el cristal, que adornaba espléndidamente las fachadas de algunas puntas que recreaba la forma estrellada del pabellón. Actuaba como espejo, como un reflejo exterior de Marruecos. Es una especie de inducción a intoducirse en el pabellón, única forma verdadera de conocer el país. También se le debe importancia a los arcos ojivales y en picas que conformaban las puertas de entrada al pabellón. Destacar en el punto más alto del edificio una cúpula cuya base era de morfología hexagonal.


Marruecos no sólo estuvo presente en forma de pabellón y objetos expositivos, sino que también dedicó un espacio de su parcela a diversas actividades como la música, con la que amenizaron la llegada de los visitantes y mostraban así una forma de expresar su cultura. No faltaban los beduínos del desierto ni las bellas y no muy cubiertas moritas que movían sus cuerpos de modo esbelto.

A la finalización de la Exposición Universal se supo que Marruecos decidió regalar el pabellón a Su Majestad Don Juan Carlos, muy amigo del entonces rey Hassan II. Pero desde el anuncio oficial no se ha vuelto a saber nada de la noticia. Lo mismo sucedió con el Pabellón de Arabia Saudí, supuesto regalo para el Príncipe de Asturias; pabellón que finalmente fue demolido.


Éste de Marruecos ha estado abandonado durante varios años, a pesar de que el tránsito de vehículos le era cercano. Finalmente, se ha llegado a una solución muy interesante: es la sede de la Fundación de las Tres Culturas. Estas tres culturas son la cristiana, la islámica o musulmana y la hebrea, es decir, las pertenecientes a las principales civilizaciones cuyo foco de actividad común es el mar Mediterráneo.

Esta finalidad ha servido para revitalizar (y mucho) el proyecto Sevilla Tecnópolis, pues la zona de los pabellones intenacionales actualmente más desarrollada es esta Avenida 5 (Calle de Charles Darwin), gracias también a la colaboración de ABC Prensa Española, EGMASA, CEADE,...

El interior del pabellón era muy ostentoso, tanto o más que su exterior. Al ser varias de sus fachadas de cristal daba sensación de mayor amplitud. Extractos del Corán, numerosas fotografías y una preciosísima fuente engalanaban el interior, de varias plantas.

En una de ellas se incluía una sala de cine donde se proyectaba una película cuyo contenido versaba sobre la riqueza del pueblo marroquí y las estrechas relaciones que mantiene con España (aparece el Rey Don Juan Carlos).

En otra de sus plantas disponía el Pabellón su cafetería, donde se podían degustar alimentos e infusiones típicas de la tierra.

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