sábado, 14 de julio de 2007

Hasta pronto, Aitor


Es curioso las vueltas que da la vida.

Hace un año, Aitor Ocio dio el paso de su vida y decidió quedarse con nosotros, firmando por cuatro años cuando, no lo olvidemos, el papafritismo lo puso a mitad de la temporada pasada en el que hoy ya sí es su nuevo club.

Aquello del papafritismo a Aitor le dolió en el alma. Me consta.

Lo hablamos.

Pero Aitor se quedó con nosotros, con la firme intención de colgar aquí las botas.

Lo hizo aún sabiendo cuál era su papel en esta plantilla ultracampeona.

Fue capitán.

Y para ser capitán de nuestro Sevilla hace falta mucho.

Mucho de todo.

Aitor lo tenía. Lo sigue teniendo.

Defendió a muerte nuestra camiseta, nuestro escudo, nuestro nombre, nuestra historia.

Y vuelve a la que fue su casa con un montón de títulos en la maleta.

La vida diaria, algunos viajes, ciertos amigos comunes, permitieron un acercamiento especial con Aitor Ocio.

Nada del otro mundo, pero sí algo especial.

El lo permitió.

Caballero absoluto fuera del campo, trato cordial, cercano.

Ya sé que la vida te da sorpresas y que cuando nadie lo esperaba, surgió la ocasión con la elección como nuevo presidente del Athletic Club. García Macua fue el elegido.

Y García Macua se lleva Sevillismo a San Mamés: Caparrós y Aitor.

Una operación, esta de Aitor Ocio, en la que todos ganan: gana el Sevilla FC que se lleva tres millones de euros.

Gana Aitor, con un contrato que le sube sus ingresos de una forma impensable. Y gana el Athlétic, porque la que venía siendo una de las peores (si no la peor) defensa del fútbol español se va a ver tremendamente reforzada.

Suerte a los dos, a Joaquín y a Aitor. Seguro que con vosotros el histórico Athletic (para mí, un secreto, la equipación más bonita del fútbol español después de la nuestra) no pasará los apuros de anteriores temporadas.

Ya es del Athlétic. Ya pasó el reconocimiento médico y ya ha sido, esta mañana, presentado.

Un gran abrazo, Aitor, y que todo te vaya de maravilla en tu Athletic.

En ocasiones, la vida, nos da lo que merecemos.

Fuente: Jesús Alvarado.

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