Desde la Capilla del Mariscal se pasa a la sala de Ornamentos a través de una portada que realizo Hernán Ruiz II en 1560. Esta dependencia fue la antigua contaduría de la Catedral, es decir, el recinto donde se realizaba la gestión económica del templo.
Dispuesta en una serie de vitrinas se encuentra una rica colección de ornamentos sagrados, que incluye un magnifico repertorio de piezas cuya cronología oscila del siglo XIII al XIX, incluyendo casullas, capas pluviales, dalmáticas, frontales de altar, paños de túmulo, faldones, mitras, cojines, siendo de especial interés por su importancia histórica el Pendón de San Fernando, del cual la tradición afirma que es el que llevo el Santo Rey en 1248 en la conquista de Sevilla.
También es importante el Terliz de la Montería, obra de fines del siglo XIV, que servia para recubrir el reclinatorio del obispo de Sevilla en las funciones religiosas de la Catedral. Al fondo de esta sala y en una urna se expone una buena escultura de San José, obra de Pedro Roldan en 1664.
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