viernes, 1 de febrero de 2008

Doñana conmemora el X aniversario del vertido de Aznalcóllar con una gran exposición


La Estación Biológica de Doñana (EBD) conmemorará el décimo aniversario del accidente minero que provocó el vertido tóxico al río Guadiamar, ocurrido el 25 de Abril de 1998, con la exposición titulada 'Guadiamar. Ciencia, técnica y restauración', que se inaugurará el próximo viernes en el Pabellón del Futuro, en la Isla de la Cartuja y que permanecerá abierta hasta el 30 de junio.

Según explicaron fuentes de la organización, la exposición se constituye como la "más grande celebrada hasta el momento en España sobre temática ambiental". En concreto, contará con un espacio de casi 2.000 metros cuadrados.

Asimismo, el principal valor que la exposición pretende mostrar es la cohesión de diferentes puntos de vista sobre el que pudo ser el mayor desastre ecológico de Europa. Para ello, utiliza desde el sentido crítico la visión de los niños, de los ciudadanos, los científicos, los humoristas gráficos y los artistas, entre otros.

La muestra está organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y patrocinada por la Consejería de Medio Ambiente, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, la Fundación Cajasol, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Egmasa y Tragsa.

La rotura de la balsa
En el año 1998 se producía en las cercanías de Doñana uno de los accidentes medioambientales más graves ocurridos en Europa tras la rotura de la balsa de residuos tóxicos de la mina de Aznalcóllar. El sábado 25 de abril a las 3.30 horas de la madrugada se recibe en el puesto de la Guardia Civil de Sanlúcar la Mayor una llamada telefónica de un vecino anónimo informando "haber oído un fuerte ruido en la zona del río Guadiamar". Se había producido la rotura del muro de contención de la balsa de almacenamiento de residuos mineros de las minas de Aznalcóllar, que explotaba la empresa sueco-canadiense Boliden Apirsa S.L.

Inmediatamente, se activaron todas las alarmas y se puso en marcha un dispositivo de limpieza y restauración sin precedentes. La catástrofe arrojó cifras mayúsculas ya que se vertieron seis millones de m3 de lodos y aguas ácidas, la superficie contaminada fue de 4.634 hectáreas a lo largo de 63 kilómetros de cauce del Guadiamar, se utilizaron 500 camiones de limpieza que durante 208 días recorrieron casi 17 millones de kilómetros, se realizaron más de 15.000 análisis científicos y aparecieron 37,4 toneladas de peces muertos.

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