Año 1927.- Los seises de la Catedral de Sevilla inauguran la iglesia de San Hermenegildo.
Fuente: Junta de Andalucía.
Fuente: Junta de Andalucía.
1922 (22 de abril).- Antonio Halcón y Vinent, Conde de Halcón. Tuvo que afrontar una herencia cargada de problemas con los miembros del Ayuntamiento más preocupados por sus luchas partidistas que de la ciudad. Entretanto, la mayoría de las casas de la ciudad se encontraban sin agua. Ello provocó la especulación y los abusos en el comercio de tan básico producto. Además, el deficiente alcantarillado mantenía a la ciudad plagada de pozos negros cuyas filtraciones provocaban epidemias y miles de personas vivían hacinadas en chabolas ubicadas en las huertas que rodeaban a Sevilla. Las condiciones higiénicas no eran las más indicadas en la mayoría de los casos y el albergue municipal se encontraba colapsado por mendigos y gentes sin casas.
El reto del Conde Halcón fue convertir la ciudad en una gran urbe, adecuada a las necesidades de la Muestra Iberoamericana y erradicando las lacras citadas. Para ello fue consciente de que lo primero era dotarla de una buena red de alcantarillado y terminar el ensanche interior y exterior de la ciudad iniciado por su precursor, por lo que en la ciudad se realizaron múltiples obras, las unas con motivo de la Exposición Iberoamericana, las otras para dotar a la ciudad de casas baratas, y las de ensanche interior. Además, se asfaltaron y adoquinaron decenas de calles.
Ya que el agua procedía principalmente del manantial de Santa Lucía, a través de Los Caños de Carmona, y éste era continuamente saboteado, bien para fines industriales o bien para comercializar las aguas, el alcalde llegó a un acuerdo para la cesión de agua de la Huerta del Rey e inició la construcción de pozos artesanos; asimismo, instaló fuentes tubulares en distintos puntos de la ciudad. El problema comenzó a solucionarse de verdad al extraer tres mil metros cúbicos diarios de agua filtrada del río Guadalquivir para fines industriales.
En cuanto al alcantarillado, realizó actuaciones en numerosos puntos de la ciudad (San Roque, Puerta Osario, Macarena, San Julián, Campo de los Mártires, calle Castilla y Chapina) y se procede al entubamiento del arroyo Tagarete. El 14 de abril de 1923, Alfonso XIII inauguró oficialmente el Aeródromo de Tablada como Base Militar y este mismo año se celebró la Exposición Regional de Ganados y de Productos Andaluces, que fue visitada por los reyes de España.
Igualmente, durante su mandato se aprobó la construcción del Puente de Chapina y, con la demolición del café Novedades, se concluyó el ensanche de La Campana; también se acometió el ensanche de la Plaza de la Encarnación que afectó a la calle Regina y a la desembocadura de San Juan de la Palma. Otras demoliciones se produjeron en Rioja, Tetuán, Universidad y Plaza del Salvador, que además fue pavimentada y engalanada con bancos y artísticos candelabros. En la Plaza del Pozo Santo apareció el antiguo pozo del que esta calle recibe su nombre, al que se le puso un brocal de hierro forjado con su arco y acetre. Por último, cabe destacar que se procedió al derribo de la parte no artística de la Iglesia de Santa Catalina, se entregó a la ciudad la glorieta dedicada al pintor y dibujante José García Ramos en los Jardines de Murillo y una eficaz campaña de vacunación antivarólica en toda la ciudad consiguió remitir esta epidemia.
Con la entrada al mando de la Nación de Miguel Primo de Rivera, el día 3 de octubre de 1923, se suspendieron todos los Ayuntamientos de España, decreto con el que concluyó la alcaldía del Conde de Halcón.
Octubre de 1923 a junio de 1926.- Agustín Vázquez Armero. Su primer Ayuntamiento duró cinco meses, ya que presentó la dimisión el 14 de marzo de 1924; el segundo comenzó un día más tarde. Preocupado por el problema de la subsistencia, adoptó diversas medidas consiguiendo abaratar los productos alimenticios, entre ellos el pan y la carne, aunque no logró solucionar el grave problema del agua, si bien consiguió frenar sus subidas. La primavera del 24 un temporal provocó inundaciones causando graves daños y, en la del 26, de nuevo se inundó la ciudad obligando a los vecinos del Juncal a alojarse en el Matadero; el río entró, además, en las calles Betis y Castilla, arriando la barriada de San José.
Por otra parte, hay que señalar que durante su cabildo el ateneo de Sevilla disfrutó de una etapa de esplendor y se inauguraron las obras de reforma de la Plaza Nueva, con el pedestal del monumento a San Fernando, que él mismo inauguró el 15 de agosto de 1924; también quedó instalado (4-2-1924) el monumento a Martínez Montañés en la Plaza del Salvador y se entregó a la ciudad el monumento a Mas y Prat, en el Parque de María Luisa; culminó el ensanche de La Campana, encargó las obras para terminar la ornamentación de la Plaza del Salvador y, el 30 de octubre de 1923, concluyeron las obras de la Audiencia, que había sido destruida por un incendio. Llevó los proyectos de adoquinado de las travesías de carreteras (Luis Montoto y Castilla) y el 3 de febrero comenzó la plantación de árboles en las calles y paseos de la ciudad, comenzando por la calle Reyes Católicos y Avenida Reina Victoria. En total, se plantaron 157 acacias blancas, 71 de bolas, 19 plátanos orientales, 454 naranjos y 73 rosales.
El 8 de febrero de 1924 el Ayuntamiento acordó con el ejército la instalación de la Capitanía General, el Gobierno Militar, la Comandancia de Artillería y el Regimiento de Soria en la Fábrica de Tabacos, por lo que la ciudad construirá una nueva Fábrica de Tabacos y recibirá el deseado edificio de Santo Tomás para emplearlo como colegio, así como el edificio que ocupaba el Regimiento de Soria. Sin embargo, el 17 de febrero de 1926 se produjo la permuta del exconvento de Santo Tomás y la Casa de Correos por 3.000 m2 de terrenos de los Jardines de Cristina para levantar allí el Gobierno Militar y la Capitanía General.
1926-1927.- Pedro Armero Manjón, Conde de Bustillo. Durante su mandato, los retrasos en las obras para la Exposición Iberoamericana provocaron el 19 de mayo de 1926 la dimisión del arquitecto Aníbal González y, con anterioridad, el 5 de abril de 1926 se había inaugurado la Corta del Río, el Canal de Alfonso XIII y el Puente de Alfonso XIII; el 26 de abril el Cardenal Ilundáin bendijo la Iglesia de San Marcos, cerrada desde 1917 y un hermoso templo se levantaba en Nervión. Continuó el ensanche interior con los derribos en la calle Canalejas, las murallas de la calle Gravina y los pabellones del cuartelillo que daba a Julio César. Para solucionar el gravísimo problema de la vivienda, decidió reconstruir la Junta de Fomento para Casas Baratas y continuó las acometidas del alcantarillado en numerosos puntos de la ciudad, así como las obras de pavimentación (Marqués de Paradas, Torneo, Rodríguez de la Borbolla, Amor de Dios, Santa María de Gracia, Dr. Letamendi, Luis Montoto, Recaredo, Daoiz y García Tassara) y adelantó las obras del templo de Santa Catalina y la plantación de árboles por las calles de la ciudad.
Otros acontecimientos significativos fueron la inauguración el 11 de mayo de 1927 de la Glorieta de los Quinteros en el Parque de María Luisa, obra de Aníbal González y la inauguración el 5 de agosto de 1926 del Equipo Quirúrjico Municipal. Además, el día 4 de febrero de 1927 el Consejo de Ministros aprobó la construcción de un aeropuerto en Sevilla y la línea regular Sevilla-Buenos Aires. Por último, los señores González-Abreu donaron al Museo de Bellas Artes una magnífica colección de obras.
Fuente: ABC.
3 comentarios:
¿Mangarían tambien por aquel entonces...?
Ayyyyy...Que sabe nadie...
Un saludaso.
Que no te quepa la menor duda, querido Moe...
Otro saludaso para ti.
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