miércoles, 3 de marzo de 2010

Huracanes

Retomando un poco la sección de Medio Ambiente de este blog, voy a hacer un repaso sobre algunos de los fenómenos meteorológicos que han azotado la ciudad de Sevilla a lo largo de su historia. Tornados, riadas, sequías, terremotos o, como el tema que nos ocupa hoy, huracanes, son algunos de los ejemplos más sorprendentes de la fuerza devastadora que adopta la Madre Naturaleza cuando se enfurece.

Un huracán es un término meteorológico usado para referirse a un sistema de tormentas caracterizado por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión y que produce fuertes vientos y abundante lluvia. Los ciclones tropicales extraen su energía de la condensación de aire húmedo, produciendo fuertes vientos.

El terrible huracán, acompañado de temblor de tierra, que se desencadenó sobre Sevilla el día 24 de agosto de 1396, produjo infinitos daños en la población; uno de los más sensibles fue el de haberse tronchado la gran espiga que atravesaba por el centro las cuatro esferas redondas de la Giralda, las cuales, perdiendo el equilibrio y desprendiéndose de su eje, se precipitaron en el vacío, haciéndose pedazos contra el pavimento formado por la gran azotea de la atalaya.

Después de ocurrir el incidente mencionado, la torre permaneció como si dijéramos, mocha, pues su parte superior sólo ostentaba un largo espigón dorado que se habilitó para servir de veleta hasta el siglo XVI, cuando el notable arquitecto cristiano Fernand Ruiz se encargó de subsanar los desperfectos ocurridos, completando así la obra de los árabes.

Durante la noche del 28 y 29 de octubre de 1842, un huracán llegó frente a la costa noroccidental de Marruecos, cerca de Cabo Blanco y Cabo Spartel. Los vientos que se registraron son compatibles con un huracán de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson.

En la Bahía de Cádiz los vientos fueron muy fuertes. Muchos barcos sufrieron daños, los árboles fueron arrancados de cuajo y dos puentes se vinieron abajo. En Jerez de la Frontera también se registraron daños. Más al sur, en Conil, tres buques fueron arrastrados a tierra. Y de acuerdo con fuentes de la Marina española en Cádiz, perdieron tres de sus barcos y otros 45 buques de diferentes nacionalidades sufrieron importantes daños. Los registros de esa noche en San Fernando (Cádiz) se refieren a vientos con fuerza 12 en la escala de Beaufort.

Durante la mañana del 29 de octubre de 1842 los efectos de este ciclón se sienten en casi toda Andalucía y en el sur de Extremadura, aunque también se reportaron daños de Toledo, Madrid, Alcalá y Guadalajara. Al parecer el Sistema Central hizo de frontera entre las zonas afectadas y las que no lo fueron, con unos vientos que llegaron a sentirse en la cuenca del Júcar.

Más recientemente, en octubre de 2005, el huracán Vince amenazaba con continuar su trayectoria desde el norte de Madeira y adentrarse en la Península Ibérica, adonde finalmente llegó, aunque ya convertido en tormenta tropical.

Octubre de 2005.- El huracán Vince amenaza con llegar a la Península Ibérica.

Al contrario de la tormenta Delta, que se produjo sólo un mes después y causó numerosos daños en Canarias, y del huracán Gordon, que un año después afectó sobre todo a Galicia, el Vince no era un huracán de vuelta del Caribe, sino que se había formado entre las Azores y Madeira.

Fuente: Curiosidades sevillanas de Alfonso Álvarez-Benavides.

2 comentarios:

S. dijo...

No me digas....el 24 de agosto un huracán!ese día nací yo!jajjajaj aunque no de ese año claro,si no tendría más años que el hilo negro!jajjaj
Lo único que sé,es que estoy de lluvia hasta el moño,nosotros,que ya estaríamos en mangas cortas bebiendo cervecita al sol.

Duende del Sur dijo...

Si fuera de aquel 24 de agosto serías conocida como la Matusalén hispalense jaja.

Este año el anticiclón se ha cogido vacaciones. Pero tranquila que ya mismito está de vuelta :P.

¡¡Saludos!!