miércoles, 4 de mayo de 2011

El Alcázar de Alcalá de Guadaira

Fotografía: Xavier Tugas.

Situación:

El Alcázar de Alcalá de Guadaira se alza sobre un cerro a orillas del río Guadaira, al oeste de la localidad de Alcalá de Guadaira.

Historia:

Las excavaciones realizadas en los enormes terrenos de Gandul están sacando a la luz importantes yacimientos correspondientes a asentamientos humanos que podrían pertenecer al periodo Calcolítico.

Con la llegada primero de los griegos, que la denominaron Hienipo, y luego de los romanos, que la llamaban Ordo Hienípensis, se empieza a tener referencias más claras sobre este asentamiento. Pero no cabe duda que fue en el periodo musulmán cuando Alcalá adquirió un gran desarrollo y una gran importancia estratégica. La cultura árabe era por aquella época muy superior a la castellana en arte, filosofía, ciencia y sobre todo en el modo de vida.

De época musulmana quedan los dos elementos más importantes de Alcalá, como son la muralla urbana y su castillo o alcázar (construido por los almohades sobre otra obra árabe anterior), pieza clave para la conquista de Sevilla, y sus molinos de harina situados en la ribera del río, que proporcionan a la ciudad, además de una floreciente industria panadera, de la que hoy vive orgullosa, una fisonomía peculiar. Las aguas de esta zona eran conducidas desde épocas musulmanas hasta Sevilla y su acueducto partía del manantial de Santa Lucía.

Durante el avance del ejército castellano hacia Sevilla en la primavera de 1247 y tras saquear a conciencia todo el Alcor, se avistó la formidable fortaleza de Yabir, que era el nombre que recibía. Pero antes de plantearse siquiera como acometer su asedio, una embajada de la ciudad se presentó en el real castellano para entregarla de forma voluntaria. Pero no al monarca castellano, sino al emir de Granada, al-Ahmar, el primero de la dinastía nazarí que gobernó Granada hasta su ocupación por los Reyes Católicos. Al-Ahmar había rendido pleito de homenaje a Fernando III y, a cambio de una sustanciosa alfarda de 150.000 maravedíes anuales, se convirtió en vasallo suyo. De hecho, acompañó con una mesnada de 500 hombres al rey de Castilla durante el cerco a Sevilla.

Los árabes de Alcalá, no queriendo entregar la ciudad sin más al enemigo, entregaron las llaves de la misma al emir granadino el cual, como vasallo del castellano, en el mismo acto cedió la plaza a Fernando III.

En el escudo de Castilla que se contempla sobre la puerta en recodo del patio de los Silos vemos que el balsón está flanqueado por dos llaves que hoy día figuran en el escudo municipal, concedidas por Fernando III como símbolo de que la fortaleza era la llave del Valle del Guadalquivir.

Después de la reconquista, Fernando III el Santo mandó reparar sus muros y fosos.

En el siglo XV y como consecuencia de los disturbios que tuvieron lugar durante el reinado de Enrique IV entre los Guzmán y los Ponce de León, el marqués de Cádiz de apoderó de la alcazaba y construyó el pequeño alcázar ubicado en la zona oeste del recinto, dotado de un muro de tapial con troneras de cruz y orbe y defendido por un foso y acceso mediante un puente levadizo. Así mismo, se observan en dicho recinto los restos de dos grandes aljibes al nivel del suelo, por lo que sus bóvedas formarían una azotea a la altura de la entrada de la albarrana reconvertida en torre del homenaje. Varias cortaban el paso del adarve para, en caso de un asalto, impedir a los atacantes invadir el resto de la fortaleza. Igualmente, todo el recinto contaba con un antemuro y dos corachas que bajaban hasta el río para controlarlo. Finalmente, añadir que en el extremo oeste, donde se ubica el pequeño alcázar antes mencionado, había una poterna disimulada en una falsa torre y que daba a la liza. Junto a una de las corachas había otra poterna aprovechando un desdoblamiento de la muralla.

Con el tiempo pasó a ser de la Corona que la convirtió en cárcel real. En el siglo XVI decayó su influencia, y hasta la guerra de la Independencia, no recobró su función militar.

Debido a su proximidad con Sevilla, esta fortaleza se convirtió en el principal punto defensivo de la zona.

El alcázar acogió a ilustres personalidades, como los Reyes Católicos y Carlos V, y ha servido de prisión para importantes personajes, como don Diego García de Padilla (Maestre de Calatrava), don Juan Cardellas (arzobispo de Braga y partidario del conde Trastámara), y don Pedro Girón (duque de Osuna).

Descripción:

Alcalá de Guadaira es uno de los conjuntos fortificados más importantes de la provincia de Sevilla, comprendiendo una serie de edificaciones entre las que hay que distinguir el alcázar, de planta irregular en torno a dos patios, y la muralla de la antigua villa con sus puertas, torres, barbacanas y demás obras defensivas.

El alcázar se encuentra situado en un pequeño promontorio que dificulta el acceso. Poseía foso y puente levadizo, y está franqueado por once torres, nueve de planta irregular y dos poligonales, formando dos recintos o patios. Las once torres que circundan el alcázar son ejemplares interesantísimos en las que se hallan detalles arquitectónicos y decorativos de gran valor. La mayoría de las torres son de forma cuadrangular y de gran altura, destacando la torre del Homenaje y una torre albarrana, en la parte principal, que se unía al resto del recinto por medio de un arco apuntado. En total posee 13 torres.

Materiales:

Los materiales utilizados en esta fortaleza sevillana son dos fundamentalmente: la piedra y el ladrillo. Los sistemas constructivos también son variados. Se usa el tapial con ladrillo, sistema muy utilizado por los musulmanes, y se refuerza con sillares en zonas visibles del edificio como los vanos, las puertas o, incluso, las esquinas.

Estado de conservación:

Fue declarado Monumento Nacional en 1924, aunque esto no impidió que muchos de los habitantes de la villa utilizasen los materiales para la construcción de sus viviendas, lo que hizo resentirse al majestuoso edificio defensivo. Actualmente se vienen acometiendo obras de consolidación y restauración de sus torres y algunas murallas.

Propiedad y uso:

En la actualidad es de propiedad municipal y se encuentra sin uso.

Protección:

En 1924 fue declarado Monumento de Interés Histórico-Artístico, y en 1985 recibió la catalogación de Bien de Interés Cultural. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Fuente: CastillosNet.

2 comentarios:

S. dijo...

Aunque están haciendo obras de restauración,y menos mal,se ha encontrado a lo largo del tiempo dejado de la mano de dios.
Es como la iglesia que hay en la cuesta después del arco de san miguel.Es una iglesia antiquísima y nadie hace nada.
Aún así,Alcalá es muy bonita de ver.
Besosss

Duende del Sur dijo...

Así es, querida S. de Sevilla. El Alcázar de Alcalá, mayor fortaleza almohade de España, ha estado mucho tiempo, demasiado a mi entender, abandonado a su suerte, la misma suerte que ha corrido la iglesia de San Miguel que muy bien mencionas. Este templo, de origen mudéjar, me recuerda por estilo, antigüedad y situación actual a la iglesia de Santa Catalina de Sevilla. Cerrada a cal y canto durate muchos años para evitar la entrada de okupas y el trapicheo de drogas, creo que desde hace unos años el Ayuntamiento de la localidad tiene intención de reabrirlo como centro cívico.

A pesar de esta situación de abandono de monumentos y de tener uno de los ríos más contaminados de España, Alcalá de Guadaira es, además de cuna de numerosos artistas, una de las joyas con mayor legado cultural de la provincia.

¡Un saludo y gracias por tu enriquecedor comentario!