Don Alonso de Guzmán, hijo de Guzmán el Bueno, era uno de los continuos conspiradores contra el trono de Don Pedro I el Cruel. En una de esas conspiraciones contra el trono, fue detenida su esposa Doña Urraca Ossorio, y condenada a muerte por su participación como cabecilla. La ejecución se llevó a cabo en la Laguna de Ferias, lugar donde hoy se encuentra la Alameda de Hércules.
Cuando se dio la orden de encender la pira, cuenta la leyenda que una ráfaga de aire, levanto el vestido de la condenada, dejándola desnuda ante la masa popular que con diversión acogió tal hecho. Una joven sirvienta de la familia Guzmán, para evitarle la deshonra, se lanzó a las llamas para tapar así a su señora. Esa mujer se llamaba Doña Leonor Dávalos, y sus cenizas fueron enterradas en el mismo sepulcro que las de Doña Urraca. El lugar del hecho fue señalado con una cruz, en cuya base había una tinaja. De ahí que la calle, hoy en día se llame Cruz de la Tinaja.
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