viernes, 8 de junio de 2007

Corpus Christi en Granada


La festividad del Corpus Christi tiene su origen a partir del Concilio de Trento y gozó de gran esplendor en los siglos XVII y XVIII, durante el periodo del Barroco. Según algunos historiadores, el origen de la fiesta hay que encontrarlo en la ciudad belga de Lieja en el siglo XIII donde, según la leyenda, una monja tuvo la visión de una luna llena ensombrecida por una de sus partes, lo que fue interpretado como que la Iglesia estaba triste por la falta de una fiesta que honrase al Cuerpo de Cristo Sacramentado.

A partir de aquí arranca la fiesta del Corpus, que Roma extendería por todo el mundo católico. A España llega en la primera mitad del siglo XIV, siendo ciudades como Barcelona, Lérida y Valencia las primeras en celebrarlo, aunque pronto la fiesta en ciudades como Toledo y luego Sevilla cobra gran protagonismo. En Málaga, Jaén o Baeza la fiesta también fue muy importante, aunque hay que reseñar que en un principio la festividad del Corpus fue denominada con los nombres «Festum de hoc excellentissimo Sacramento», «Dies Sacramenti» y «Festivitas Eucharistiae».

La importancia del Corpus en Granada se debe en gran medida a los esfuerzos por cristianizar plenamente a la población después de los ocho siglos de presencia islámica. Los propios Reyes Católicos ya se esforzaron en asentar la festividad del Corpus, que pronto fue muy bien acogida por la población granadina. Los monarcas llegaron incluso a dejar un mandato expreso al Ayuntamiento de la ciudad para que invirtiera grandes sumas de dinero en organizar la fiesta. Popular y conocida es la frase atribuida a los monarcas con la que ordenaban a los granadinos a que en las fiestas del Corpus se divirtieran tanto «que parezcáis locos».

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