martes, 3 de julio de 2007

El Museo Arqueológico


El Museo Arqueológico de Sevilla está ubicado frente al Museo de Artes y Costumbres Populares (antiguo Pabellón Mudéjar) y junto al Pabellón Real, todos en la Plaza de América (conocida popularmente como “Plaza de las Palomas”), situada a su vez en el Parque de María Luisa.

El edificio en principio estaba destinado para ser Palacio de las Bellas Artes en la Exposición Iberoamericana de 1929.

Fue proyectado por Aníbal González y construido entre los años 1910 a 1915 en estilo Neo-renacentista. Las colecciones arqueológicas son trasladadas al edificio en 1942, antes estaban en el antiguo Convento de la Merced, edificio que alberga el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Historia:

Fue constituido por Decreto de 1867 sobre Museos Arqueológicos (entonces “Museos de Antigüedades”). En la formación del museo fueron importantes las decisiones de la Junta de Museos de Sevilla (creada en 1835), que se hacía cargo de los objetos de arte de los conventos que fueron desamortizados, y también la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla (creada en 1844), que sustituyó a la anterior a partir de su creación, y que efectuó una cuidada labor de búsqueda y adquisición de hallazgos procedentes del término provincial, ya fueran por excavaciones promocionadas por el Estado de descubrimientos casuales, o por medio de solicitud a los particulares de los objetos que tuvieran entre sus pertenencias. En el inventario que poseía la Comisión se relacionaban 335 objetos.

Los primeros fondos que sirvieron para la fundación del museo se componía de los restos hallados en las excavaciones de Itálica, objetos que fueron reunidos alrededor de 1780 por el alcaide del Alcázar, Don Francisco de Bruna y depositados en los Reales Alcázares de Sevilla, que hizo a su vez de “museo temporal”, en 1788 se añadieron las esculturas de los emperadores Trajano y Adriano, resultado de las excavaciones realizadas en Santiponce, además de los objetos extraídos en las excavaciones oficiales de Itálica efectuadas entre 1839 y 1842 por Don Ivo de la Cortina, y los restos descubiertos desde 1862 por Don Demetrio de los Ríos. En 1900 se añadía la escultura igualmente descubierta de Diana, también se sumaban a los restos romanos los fondos procedentes de las desamortizaciones del siglo XIX.


Llegado el año 1875 la colección fue llevada al Convento de la Merced, que también ejercía de “Museo de Pinturas”. Dirigido por el arquitecto Don Demetrio de los Ríos, se prepararon en la planta baja del convento tres galerías para las piezas a conservar. El día 21 de noviembre de 1879 es redactada oficialmente la constitución del futuro Museo de Antigüedades de Sevilla, su primer director es Don Manuel de Campos y Munilla. Las obras concluyen en 1880 y ese mismo año se inaugura el museo conteniendo fondos arquitectónicos, escultóricos, epigráficos y cerámicos, teniendo un éxito de público rotundo casi de inmediato: el número de visitas que recibe es de aproximadamente 12.000, un número alto en relación a muchos museos nacionales de la época.

Con el paso del tiempo se añaden más colecciones al museo y escasea el espacio, llegando a ser difícil la disposición de las piezas dificultando a la vez realizar una exposición adecuada, a pesar de que se habilitaron desde 1904 dos salas más.

Hasta el año 1941 no se soluciona el problema, intermediando para ello el Ayuntamiento de Sevilla que cedió el Pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929 al Ministerio de Educación Nacional, por acuerdo de 31 de diciembre de 1941. Así es como comienza el antiguo pabellón a ejercer de Museo Arqueológico Provincial. En este mismo acto el Ayuntamiento cede en calidad de depósito los fondos del Museo Arqueológico Municipal, creado en 1886 por Don José Gestoso y que fue inaugurado el 28 de marzo de 1895 por la Infanta Doña María Luisa Fernanda de Borbón, dichos fondos se conservaban en la Torre de Don Fadrique de Sevilla.

Antes de depositar todas las colecciones museísticas en su nuevo destino, hubo que adecuarlo para tal servicio, una vez que se acondicionó realizándose las obras necesarias fueron trasladadas las obras y colecciones inaugurándose la nueva instalación el 25 de mayo de 1946, empezando con ocho salas, Biblioteca y Dirección.

Desde el 1 de marzo de 1962 es declarado Monumento Histórico Artístico el conjunto de edificio y contenido. Durante la década de 1970 el museo sufre obras de ampliación y mejora, aumentando el número de salas hasta las existentes 27 actuales donde son conservadas más de 60.000 piezas, sumando objetos en propiedad y depósito.


Contenido:

La excelente calidad de las obras y piezas que forman parte del fondo del museo además de la cantidad que custodia lo hacen estar entre los primeros de España, son de destacar los restos de la época romana e hispanorromana, los más importantes y abundantes que posee el museo, y que proceden en mayor parte de Itálica, en menor medida aunque eso no hacen que sean menos importantes son las piezas procedentes de los municipios de Écija, Estepa, Alcalá del Río, Villanueva del Río y Minas, etc., a estos hallazgos hay que añadir las donaciones realizadas por particulares o incluso el Ayuntamiento de la ciudad. También son destacables las piezas de etapas prerromanas gracias a la calidad de su conservación.

Las Salas:

Está formado por tres plantas divididas a su vez en Salas conteniendo objetos datados en la época prehistórica hasta la Edad Media.

La planta baja expone material de yacimientos prehistóricos provinciales en orden cronológico. La planta principal muestra material de la época romana y posteriores que proceden también de la provincia aunque en mayor parte se excavaron de la ciudad de Itálica. La planta primera está reservada a investigadores y distintos servicios del museo.

Las Salas I a X se pueden contemplar piezas datadas desde el Paleolítico hasta la cerámica ibérica. En la Sala VI se halla una reproducción exacta del que se considera más importante hallazgo que conserva el museo, el Tesoro del Carambolo (su original está a buen recaudo en una caja fuerte) que data del año 650 adC. y que fue una fuente significativa para dilucidar detalles de la cultura de los primeros andaluces, la cultura de Tartessos.


Las Salas XII a XXV contienen la ya referida colección de elementos del Imperio Romano en Hispania, esculturas, mosaicos, restos arquitectónicos, epigrafía, vidrio, cerámica, orfebrería, etc. Lo que más destaca de estas antigüedades son las esculturas, auténticos colosos, el Hermes, un retrato de Alejandro Magno (siglo II), un torso de Artemís o Diana cazadora, realizado en mármol de espejuelo (datado en el siglo IV), el torso del Diadúmeno. En la Sala XIV sobresale la que se considera “la más hermosa escultura clásica descubierta en suelo español”, una representación de Mercurio, copia de otra obra en bronce que se atribuye a Cephisodotos el Antiguo (padre de Praxiteles). La Sala XVI destaca una escultura de Venus, la Sala XVII la preside Afrodita Anadyomene después de su nacimiento de la espuma del mar, cuyo estilo hace que sea fechada en el siglo IV adC. La Sala XIX contiene a tan diversas diosas como son Isis, Diana y Cibeles. En la Sala XX se encuentra un gran repertorio de estatuas y retratos de personas de familias imperiales entre las que se observa la de Augusto, Trajano divinizado, un busto-retrato de Adriano y un retrato de Vespasiano.

En la Sala XXVI se conservan piezas paleocristianas, visigodas y califales, destacando un sarcófago paleocristiano y cruces de oro visigodas que muestran lo majestuoso de estos ajuares llegados desde Toledo. También destaca por su interés histórico un gran fuste columnario que tiene grabado en su superficie un rótulo referente a la fundación de la primera mezquita mayor de la ciudad, la mezquita de Ibn Adabbas, ocupada hoy por la iglesia del Salvador.

La última sala contiene obras mudéjares y alguna gótica.

El archivo:

Posee un archivo con amplia información documental, tanto escrita como gráfica de los fondos del museo.

En él tienen un sitio los investigadores y también los particulares que estén interesados en consultar sobre las obras y colecciones que conserva el museo.

Para ello deberán estar previamente y adecuadamente acreditados.

Taller de conservación y restauración:

Donde se trabaja en la continua restauración y conservación de los fondos museísticos (prácticamente todos los materiales: cerámica, piedra, metales, vidrio, mosaico, hueso, marfil, madera y cuero) ejerciendo también de almacén en el que se guardan objetos provenientes de excavaciones de toda la provincia y del casco urbano, asimismo también son conservados objetos que han donado particulares, organismos y depósitos.

El recorrido:

Para comprender la historia de Sevilla y de la región en general es aconsejable realizar un itinerario cronológico que puede completarse en un margen de tiempo de dos horas haciéndose con tranquilidad, y así están ordenadas las salas en el Museo Arqueológico, comenzando por el Paleolítico Inferior, pasando por la importante época del Imperio Romano y terminando en la Edad Media donde se encuentran los restos árabes y mudéjares.

También se pueden realizar recorridos por áreas temáticas, de este modo, no es necesario pasar por algunas salas que no se tenga previsto ver centrando la visita en las colecciones interesadas.

El primer recorrido temático nos permite conocer la Prehistoria, donde encontramos materiales de la Edad del Cobre (objetos de cerámica, piedra, cobre, hueso e ídolos con grandes ojos en forma de sol, considerados las representaciones divinas de mayor antigüedad) hallados en un yacimiento de Valencina de la Concepción y que pueden fecharse entre los años 2500 y 2000 adC. En este yacimiento se encontraron las piezas en recintos con forma de habitación y de enterramiento, como grandes monumentos funerarios (en el Museo se representa una maqueta de uno de ellos).

Igualmente se puede conocer la Protohistoria, donde destaca el famoso Tesoro del Carambolo, de época tartésica, así como los tesoros de Ébora y Mairena y las joyas de este período, compuesta por el conjunto de colonizadores del Mediterráneo durante los siglos VII y VI adC.

Otra forma de visita es el recorrido por la orfebrería, empezando por la indígena de la Prehistoria (oro de la Edad del Cobre datado en 2500 adC, joyas batidas o macizas de la Edad del Bronce datadas entre 2000 y 1000 adC) hasta la época romana, pasando por las tartésicas (anteriormente indicadas) y las turdetanas. Estas alhajas van acompañadas de otros materiales que facilitan la comprensión arqueológica. Destaca especialmente una pequeña representación de la diosa fenicia Astarté, está en posición sentada y realizada en bronce, bajo ella se puede leer la inscripción más antigua (siglo VII adC) de la Península.

El mundo romano también posee su temática particular, pudiéndose observar las grandes esculturas de tamaño colosales y casi humanas de dioses y emperadores, y los distintos mosaicos, retratos imperiales, epigrafía, comercio, cerámica, funerario, etc... Aquí lo que más destaca es el mosaico donde se representa el Juicio de Paris y la sala dedicada a Epigrafía Jurídica en bronce, compuesta por la más rica colección de textos jurídicos conocida y variada.

No hay comentarios: