lunes, 9 de julio de 2007

La Dama de Baza


Las figuras escultóricas que conocemos con el nombre de damas (nombre que se viene dando a partir de la primera hallada en excavaciones, que fue la Dama de Elche) pertenecen al arte íbero. Todas ellas llevan ricos ropajes y adornos muy lujosos, y representan a alguna diosa que en algún caso podría ser Tanit. Todas las encontradas hasta el momento tienen una cavidad que se supone para depositar las cenizas fúnebres o bien para confiar algún tipo de ofrenda u objeto litúrgico. Ninguna de ellas se puede tomar como un ejemplo aislado. Son un buen ejemplo del arte íbero con influencias del Mediterráneo oriental y del mundo griego.

La Dama de Baza fue encontrada el 22 de julio de 1971 por el arqueólogo Francisco José Presedo Velo en el Cerro del Santuario, necrópolis de la antigua Basti (Baza), en la provincia de Granada. Es una figura hecha en piedra caliza policromada, del siglo IV adC. Estaba dentro de una cámara funeraria de 2,60 m2 y 1,80 de profundidad, donde había además un ánfora púnica que se comunicaba con la superficie por medio de un embudo, a través del cual seguramente se hacían desde el exterior, libaciones como ofrendas líquidas. Esto indica que se profesaba culto a la persona allí enterrada.

Delante de la dama había un pequeño amontonamiento de armas quemadas y otros objetos que formaban la panoplia de un guerrero. Los arqueólogos han llegado a la conclusión de que puede tratarse del enterramiento de un importante guerrero.

La dama se halla sentada en un trono que tiene unas alas bastante largas en el respaldo. Las patas delanteras del trono son garras de león. La superficie está rematada con la técnica del estucado y pintada después en azul, rojo, castaño y negro, todo ello aglutinado con yeso.

Su rostro muestra unas facciones algo toscas. Tiene el pelo negro, con dos grandes ondas laterales que asoman por debajo de un tocado compuesto por una cofia o tiara que cubre parcialmente las orejas y que además está decorada con tres bandas. Lleva unos pendientes de gran tamaño que están huecos y que cuelgan directamente del lóbulo de la oreja. El cuello está cubierto por cuatro gargantillas y a continuación luce un collar formado por cuentas en forma de tonel al que se enganchan cinco colgantes. Otro gran collar se muestra con tres piezas en forma de corazón. En los dedos tiene numerosos anillos y en cada muñeca se pueden ver varios aros.

Como vestimenta lleva una túnica azul con una cenefa en la parte inferior. Debajo de la túnica se aprecian dos sayas, la segunda apoyada sobre los zapatos. Tiene además un manto que va desde la cabeza a los pies; está abierto por delante formando pliegues en los laterales de la cabeza y sobre el cuerpo.

La dama sostiene cuidadosamente en su mano izquierda un pichón pintado de azul cuyo ojo está representado por un círculo negro.

Se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid.

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