sábado, 18 de agosto de 2007

La Iglesia de San Andrés


La renovada Iglesia de San Andrés es una de las 24 parroquias que se construyeron en Sevilla tras la reconquista reconquista de la ciudad en 1248, de estilo gótico, manteniendo la tradicional planta de tres naves, a la cual se le añadieron posteriormente alguna capilla funeraria de estilo almohade, que se suman a algunos detalles ornamentales de procedencia islámica, quedando actualmente sólo 5 capillas de estas características en Sevilla.

La portada de cantería que se abre a los pies del templo de San Andrés parece datar del siglo XIV, adornándose su arquivolta con arcos ojivales con puntas de diamante. Su interior ofrece una planta rectangular con tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, quedando separadas mediante seis pilares sobre los que voltean arcos apuntados que enfilan hacia un amplio presbiterio de ábside poligonal con bóveda de crucería y contrafuertes exteriores.

Gran interés despierta la capilla de la extinguida Cofradía de San Lucas, del gremio d elos pintores, cubierta con sendas bóvedas semiesféricas sobre trompas, presentando un único acceso, desde la nave de la Epístola.

San Andrés se reedificó a partir de 1483, durante el último tercio del siglo XVIII, la parroquia fue objeto de una importante reparación, al igual que ocurriera entre 1884 y 1885, siendo la más importante la que culminó en el 2000, donde se recuperaron la primitiva Capilla Sacramental, cerrada por una bóveda octogonal con linterna, rematándose al exterior con merlones escalonados, sitio donde reciben culto los Titulares de la Corporación.

En 1989, la Hermandad de Santa Marta abandonó el Templo de San Andrés debido a las obras de restauración que obligarían a la parroquia a permanecer cerrada al culto, trasladando su sede a la actual sede de la calle Daóiz, aunque no fue hasta diciembre de 1994, cuando se iniciaron las obras de San Andrés, obligando a la Hermandad de Santa Marta a trasladar a sus titulares a San Martín y a permaneces más de una década en el exilio por distintos avatares que paralizaron las obras en 1996, por el hallazgo de los frescos de Valdés Leal y restos arqueológicos, que hicieron que se modificara el proyecto y llevó un retraso en la reanudación hasta diciembre de 1999, no siendo hasta el 2001 cuando de nuevo la Corporación retornara su Estación Penitencial a la S.I.C. desde San Andrés.

Desde su reapertura al culto, la parroquia de San Andrés brilla con luz propia tras su restauración, siendo uno de los cambios más visibles la demolición de la parte donde se ubicaban las antiguas dependencias de la casa hermandad, que lindaba con la Plaza Fernando de Herrera y recuperándose la antigua puerta del atrio mudéjar, dejando al descubierto la torre en su conjunto y el lienzo de fechada existente entre la puerta y la primitiva capilla sacramental. Igualmente se realizaron limpias y curas superficiales que culminan en la zona del ábside, colindando con la calle Angistillo.


Igualmente se restauraron los frescos de Valdés Leal, en la cúpula de la capilla del Santísimo Sacramento, el retablo de la Inmaculada, la pintura de interiores, la instalación eléctrica y ensolado de todo el templo. Las Imágenes reciben culto en la nueva capilla situada en la nave de la Epístola, la cual pasa a ser en propiedad (a perpetuidad) mientras esté establecida canónicamente la Hermandad en dicho Templo.

Esta capilla está situada donde anteriormente estaban la capilla del Sagrario y la capilla de la Virgen de Araceli. Con la restauración, se ha pretendido recuperar el aspecto que tenía en sus orígenes, suprimiéndose la cerámica que recubría los pilares así como la escalinata que situaba el Altar por encima del nivel del suelo y la escalera que daba acceso al púlpito.

El nuevo sagrario, cuenta con una iluminación especial para enfatizar las pinturas de Valdés Leal. La Virgen de Araceli pasa a los pies de la nave de la Epístola y los retablos de la angustia y San José a la nave del Evangelio.

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