domingo, 6 de abril de 2008

El Cardenal Zeferino González y Díaz Tuñón


Zeferino González y Díaz Tuñón (Villoria, 28 de enero de 1821 - 29 de noviembre de 1894) fue un religioso asturiano que llegó a ser cardenal y uno de los filósofos españoles más importantes del siglo XIX.

Fray Zeferino González y Díaz Tuñón nació en El Campal en la parroquia de Villoria en el concejo asturiano de Laviana.

Estudia en Ciaño e ingresa en el convento de Ocaña perteneciente a la orden de los predicadores el 28 de noviembre de 1844. Estudia Filosofía sintiéndose atraído por el tomismo corriente que defendería gran parte de su visa.

En Febrero de 1849 su congregación le traslada como misionero a Filipinas donde prosigue sus estudios filosóficos en la Universidad de Manila se interesa por otras materias como la física o la química. En 1854 es ordenado sacerdote. Durante su estancia en la isla comienza a publicar sus primeros escritos: «Los temblores de tierra» (Manila, 1857) y «La electricidad atmosférica y sus principales manifestaciones».

En 1851 es nombrado profesor de Humanidades en la universidad y dos años más tarde en 1853 es nombrado profesor de Filosofía. En 1859 se le nombra catedrático de Teología en la Universidad de Santo Tomás.

En 1858 sufre la pérdida de su amigo y compañero Melchor García Sampedro martirizado en Vietnam.

En 1864 publica su primera obra importante «Estudios sobre la Filosofía de Santo Tomás» acogida con agrado por Marcelino Menéndez Pelayo el Papa León XIII.

En diciembre de 1866 sale de Filipinas por orden de sus superiores al empezar a tener problemas de salud llegando a España en diciembre de 1867. Una vez situado en Madrid tiene lugar el contundente enfrentamiento con Segismundo Moret que tuvo lugar en el Ateneo de Madrid y se hace amigo formando un círculo de filosofía con Alejandro Pidal y Mon, Carlos María Perier, Eduardo Hinojosa, Antonio Hernández y Fajarnés, Juan Manuel Ortí y Lara.

El 16 de junio de 1874 es preconizado para el obispo de Málaga cargo que logra evitar al estar más interesado en su labor de escritor.

El 5 de julio de 1875 es promovido para el cargo de obispo de Córdoba por orden del Papa Pío IX siendo ordenado el 24 de octubre de 1875. Durante su obispado logra conjuntar su labor de obispo con la de filósofo realizando numerosos escritos y labores en la diócesis.

El 15 de marzo de 1883 es nombrado arzobispo de Sevilla, una vez en el cargo rechaza el de senador que le correspondía. Una vez en posesión del cargo se dedica de pleno a sus labores eclesiásticas e intelectuales que son premiadas un año más tarde por el Papa León XIII con el cardenalato. Así el 10 de noviembre de 1884 es promovido para el puesto del cardenal obteniendo la titularidad de Santa Maria sopra Minerva el 17 de marzo de 1887. Continúa en Sevilla hasta el año siguiente en el que se traslada a Toledo al ser promovido por el rey Alfonso XII para arzobispo de Toledo. El 27 de marzo de 1885 es promovido para el cargo obteniendo además el título de Patriarca de las Indias, capellán mayor del rey y vicario general castrense.

En 1886 regresa a Sevilla debido a su mala salud renunciando finalmente al obispado por cuestiones de salud el 28 de noviembre de 1889.

Fallece debido a un cáncer de maxilar en el convento de la Pasión de Madrid asistido por el obispo de Oviedo Ramón Martínez Vigil el 28 de noviembre de 1894 siendo enterrado en Ocaña, Toledo.

Fue nombrado académico de la historia, académico de las Ciencias Morales y Políticas (1873), de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, de la Academia Romana de Santo Tomás y en 1893 fue elegido para la Real Academia Española de la Lengua.

1 comentario:

Juan Pablo Barros dijo...

Un santo y precursor del tomismo del siglo XX y XXI, quizás sería bueno hacerle una bilioteca virtual ,como el que le estoy haciendo a otro grande del tomismo chileno:

osvaldolira.blogspot.com