jueves, 23 de octubre de 2008

El apellido Japón en Coria

En el año 1614 llegó hasta España una misión japonesa para establecer relaciones políticas y comerciales. La encabezaba Tsunenaga Hasekura Rokuyemon (que después de bautizado en Madrid adoptaría el nombre de Felipe Francisco Haskura), a la sazón samurai de Sendai, una ciudad al norte del país del sol naciente. Sevilla, por aquel entonces, era el puerto de mar más importante de España, y Coria era el antepuerto y lugar de fondeo de los navíos que se dirigían a la ciudad.

Pero lo que parece ser la clave del tema, de los 21 japoneses para cuya partida se pide licencia en 1616, sólo hay constancia de que embarcasen 19: y hemos de tener en cuenta que en 1614 puedo elevarse hasta 30 el número de nipones llegados con Hasekura Rokuyemon.

Y, lo que suele pasar en estos casos; superado el revuelo inicial, los nipones le cogieron cariño al lugar, y a algunas lugareñas, y decidieron quedarse. Se casaron y a sus hijos les pusieron «nombres cristianos y, a todos, el mismo apellido, Japón, para entenderse», explican en la Asociación hispanojaponesa Hasekura Tsunenaga.

La visita de la misión japonesa fue recopilada en las crónicas de la ciudad. Así: «Nunca tocaban la comida con sus dedos, sino que usaban dos pequeñas varas que ellos sujetaban con tres dedos. Soplaban sus narices en papeles de seda suave del tamaño de una mano, que nunca los usaban dos veces, así que ellos los arrojaban al suelo después de usarlos, y ellos estaban contentos de ver a nuestra gente alrededor precipitándose a recogerlos. Sus espadas cortan tanto que ellos pueden cortar un papel suave poniéndolos sobre el filo y que el viento soplara sobre ellos».

A día de hoy, hay censadas «unas 700 personas de apellido Japón, de primero o de segundo, en Coria y en la provincia de Sevilla, y otras 8 más con "Japón Japón", seguidos. «Incluso conservan rasgos orientales». Y, aunque ni en el Bar Reloj del pueblo se sirve sake y a nadie se le ocurre esgrimir un "konishigua, arigató", adiós, al salir del mismo, este pedigrí centenario ha hecho de Coria un singular altar de adoración japonesa.

Allí hay fervor por la cultura nipona y una conciencia de raíces que estrecha vínculos. De Japón se trajeron los corianos en 1991 una estatua en honor a Hasekura Tsunenaga, en uno de los viajes que el pueblo ha organizado para conocer a sus antepasados. A su vez, Coria del Río es lugar de visita obligada para los japoneses que vienen a España. En el pueblo están deseando que a alguien en Hollywood se le ocurra contar esta bonita historia.

Recomiendo que consulten el texto de Víctor Valencia Japón: De Japón a Roma pasando por Coria (1614-1620), donde se narran los hechos con mucho más detalle, con fotos y transcripciones de textos de la época. ¿Que historias personales podríamos imaginar del hecho de que algunos samurais del siglo XVII decidieran permanecer en la Andalucía de la época de una forma algo subrepticia?

5 comentarios:

ABRAHAM LÓPEZ MORENO dijo...

Hola Duende del Sur.
Por la magnifica labor que sigues desempeñando en tu blog, espero que te pases por el mío para recoger un merecido premio.
Un saludo

aiNOha dijo...

una amiga mia de coria se apellida Japón jeje ^^

un besitooo cariño!

El Rincón de Sevilla dijo...

Hola
Yo tambien tengo un amigo que se apellida japon jeje
saludos.

Eduardo Sánchez Butragueño dijo...

Hubo en los años 90 un famoso árbitro de futbol apellidado Japón Sevilla.
Ahí es nada.
Un abrazo, enhorabuena y muchas gracias por pasar por mi blog Toledo Olvidado.

Duende del Sur dijo...

Muchas gracias Abraham, una vez más, por concederme un premio desde esa Sierra de Cazorla a la que, particularmente, tanto admiro y quiero.

Ainoha, Alejandro yo también tengo un amigo de la Facultad con el apellido Japón y qué casualidad, también de Coria del Río jaja.

Bienvenido al blog Eduardo. Como ya te dije, tienes un blog fantástico, para difundir y dar a conocer la monumentalidad y cultura de una ciudad milenaria como Toledo.

En cuanto al árbitro que comentas, José Japón Sevilla, resulta cuanto menos curiosa la combinación de los apellidos.

En definitiva, herederos andaluces de un navegante samurai que en el siglo XVII se asentó en la localidad sevillana de Coria del Río.