En este estuario el río fue depositando sedimentos que, cuando se enfrentaban a la fuerza del mar, se depositaban formando una barrera arenosa litoral (figura B). La sucesiva acumulación de sedimentos dio lugar a la formación de numerosas islas, que se fueron uniendo entre sí y formando algunas islas muy grandes, entre las que discurrían canales de agua. Con el paso del tiempo, la barrera arenosa terminó por cerrarse, de lo cual hace unos 6.000 años (figura C), era el llamado lago Ligur de los romanos Como último y definitivo paso, el lago interior fue perdiendo profundidad gracias a los continuos sedimentos de los afluentes, lo que dio lugar a la marisma, que sigue actualmente siendo surcada por los diversos brazos de ríos o arroyos, ahora llamados caños o brazos de la marisma (figura D).
Al principio la marisma tenía carácter marítimo (dependiente de las mareas), pero su aislamiento progresivo del mar la fue transformando en una marisma pluvial (que depende más del agua de lluvia), recibiendo aportes fluviales por inundación en épocas de abundantes precipitaciones. El actual encauzamiento del río Guadiamar entre dos muros y otras intervenciones de ingeniería que se han realizado la privan del aporte de agua fluvial, siendo el arroyo de La Rocina hoy día el único que sigue suministrando una cantidad significativa de agua a la marisma, y sin problemas de contaminación.
La estrofa de la Ora Marítima donde aparece referido el Lago Ligustino o Ligur: “Pero el río Tartessos, fluyendo desde el lago Ligustino, a campo traviesa, envuelve una isla de pleno con el curso de sus aguas. No corre adelante por un cauce único, ni es uno solo en surcar el territorio que se le ofrece al paso, pues, de hecho, por la zona en que rompe la luz del alba, se echa a las campiñas por tres cauces; en dos ocasiones, y también por dos tramos, baña el sector meridional de la ciudad [Tartessos]”. (Vv 285-290).
En la época a la que se refiere el relato de Avieno (Siglo VI a. C.) el actual Guadalquivir desembocaba en el denominado “Estrecho de Coria” (cuyos dos vértices serían Caura -Coria del Río- y Orippo - Dos Hermanas-) en un extenso Golfo marino denominado “Golfo Tartésico” que podemos considerar mar abierto y que ocuparía todo el sur de la provincia de Sevilla en una zona que comprendería las Marismas e Islas del Guadalquivir.
El río Guadalquivir desembocaría, según Fco. José Barragán, aproximadamente a la altura de Alcalá del Río primero en el Lago Ligur o Licustinus y al final de este lago el autor sitúa entre Coria del Río y Dos Hermanas una barra de sedimentos fluviales formando una isla. El lago se desbordaría mediante dos bocas, una a cada lado de la franja de sedimentos que conforman la isla, y finalmente pasaría sus aguas al golfo marino.
Aunque Estrabón escribió estos datos referidos al estado de la desembocadura en el mar aproximadamente en el Siglo I a. C., por lo tanto se refería al estado geológico de la desembocadura mucho después del Siglo VI a. C. cuando ya hacía al menos cuatrocientos años que no existía Tartessos, esta frase refleja que el modelo geológico y por tanto la geodinámica se reproduciría más abajo con el tiempo.
Lo que pasó entre Coria y Dos Hermanas con la formación de una barra de cierre de un lago, se repitió más adelante entre Bonanza y Doñana y la frase de Estrabón guarda una reminescencia de ello . Este error fue el que hizo precisamente que Schulten buscáse y tratase de excavar sin éxito Tartessos en los años de 1920 entre Matalascañas y la Torre de San Jacinto, ya que en su momento no se contaba con un conocimiento exacto de la geodinámica del valle y estuario del Guadalquivir .
Francisco José Barragán en su trabajo ha conformado el perímetro del Lago Ligur y del Golfo Tartéssico en base a publicaciones del Instituto Geológico y Minero de España y autores como Gavala J., García y Bellido A., Blázquez, J. M., Maluquer de Motes J., y al mismo Schulten, A.; a partir de la documentación proporcionada desde 1995 por el V Simposium Internacional de Prehistoria Peninsular. "Tartessos 25 años después". Jerez de la Frontera. "El Problema del lacus Licustinus. Investigaciones Geoarqueológicas en torno a las Marismas del Bajo Guadalquivir" - Arteaga O., Schulz H.D., A.M. Roos.; y bajo la "inspiración" de la "Ora Maritima" de Avieno o la "Geografía de Estrabón" entre otras fuentes antiguas.
Fco. J. Barragán aporta también hipótesis sobre los últimos momentos de Tartessos, la explotación del metal y su comercio con Fenicios y Griegos, y la relación de todos ellos con los últimos Ligures. Un final de Tartessos vinculado totalmente al fin de la explotación de las minas,y por tanto al fin de su papel de centralización del mercado de los metales y puerto de distribución de los mismos por todo el Mediterráneo. Este papel de Meca de los metales fue desarrollado Tartessos durante muchos siglos hasta la ocupación cartaginesa a mediados del I Milenio a. C.
Los momentos inmediatos fueron los que conocería nuestro marinero Marsellés del siglo VI a. C. que sirvió de fuente a Avieno y cuyo derrotero de navegante por las costas del Golfo Tartéssico y el Lago Ligur describió un "paleo mapa" muy semejante al que Fco. J. Barragán nos ha presentado.
Fuente y Fotografías: Los Alcores. Info
2 comentarios:
Me río yo de María Trifulca, jejeje.
Por cierto, no tenía ni idea del tema de los ligures, no sabía que era tan generalizado y menos aún su relación con el vasco. Como se entere uno que yo me se es capaz de meter Matalascañas en el Estatuto...
Saludos.
Jejejeje dilo en voz baja amigo Du que no sabemos quién puede leernos...
Un abrazo amigo.
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