martes, 22 de febrero de 2011

Historia del pregón de Frank Oaks I

En uno de tantos días lluviosos en Castle Combe, donde el aburrimiento es la tónica general de los que allí vivimos, uno tiene pocas cosas que hacer una vez ha terminado la jornada de trabajo. Castle Combe es un acogedor pueblo de unos 350 habitantes y es, sin duda, uno de los pueblos más tranquilos de Inglaterra. Nos conocemos todos, conocemos las historias de las familias, de nuestros antepasados, el deporte nacional es el cotilleo y nos encanta una historia. Me estaba preparando unas tostadas de pan negro de centeno con deliciosa mantequilla inglesa cuando escucho unos golpes provenientes de la ventana que da a mi fabuloso jardín. Es John Smith. John es el propietario de la única carnicería que tenemos en el pueblo. Bueno, la verdad que aquí todo es único porque no hay dos. Me acerco a la ventana, la abro y John me dice: “Tony vente para el granero de Michael. Allí está el inglés que fue a Sevilla y volvió capillita contando una historia sobre una cosa que él llama pregón”. “Pregón”. La palabra ronda en mi mente. “Sí, es como un sermón del reverendo pero más raro”, me responde John. La verdad es que, viendo como estaba la tarde, eso no había que perdérselo. Así pues, los dos salimos corriendo bajo la lluvia en dirección al granero.

Conforme nos íbamos acercando al granero, se escuchaba una voz a grito pelao: “Macarena rima con pena”, “Trianera con marinera”, “Estrella con pena”… Era la voz del inglés que fue a Sevilla y volvió capillita. Abrimos la puerta del granero y no dimos crédito a lo que veíamos. En la parte alta habían puesto dos colgaduras con el escudo de la ciudad, las mismas que se ponen en la Feria Comarcal del Pollo de Castle que celebramos en el pueblo. Debajo de las colgaduras estaba sentado en un gran butacón de madera el reverendo padre Arnold, a su derecha el alcalde Edgard y, a la izquierda del reverendo, el agente de policía de la comarca George. En el centro del improvisado escenario, había un gran cajón de madera donde se apoyaba en forma de atril el capillita inglés. Presenciando aquello, sentados en sacos de grano, se encontraban unas treinta personas del pueblo y, en una esquina, con un acordeón, Hannah, la hija del reverendo, la encargada de tocar el órgano los domingos en la iglesia. John y yo nos sentamos al final de todo porque los allí presentes estaban tan atentos a lo que decía el capillita inglés que ni se dieron cuenta de nuestra presencia. Tras no entender lo que allí se decía, me levanté del saco de grano en el que estaba sentado y pregunto: ¿qué es esto? ¿alguien me lo puede explicar? Me mandan a callar y me dicen, “¡cállate Tony! el capillita está explicando cómo es un pregón de Sevilla”.

El capillita inglés, desde su estrado, nos habló del pregón de la Semana Santa de Sevilla. Por lo visto, es uno de los días mas importante del año en la ciudad. Al pregonero lo elige el Consejo de Cofradías. El Consejo es como una patronal de los capillitas y asocia a todas las hermandades. El pregón se celebra el domingo previo al Domingo de Ramos en el Teatro de La Maestranza. La noticia del elegido es una de las más esperadas tanto por los capillitas como por parte de los medios de comunicación. Una noche, en el mes de noviembre, se reúnen los miembros del Consejo en su sede en la calle San Gregorio. Esa noche, muchos de los capillitas que están deseosos de dar el pregón tienen los nervios a flor de piel. Para muchos es la ilusión de su vida y, para ellos, sería el culmen personal. Algunos ya lo tienen escrito desde hace años, otros no lo tienen escrito pero se lo saben de memoria y otros esperan que sean elegidos para que se lo escriban y después ronear de buena pluma, que de pluma si saben los capillitas. En las semanas anteriores han tenido lugar por parte de los capillitas hasta quinielas que casi nunca se cumplen. Una tradición es la forma de notificarlo al elegido. Llamada telefónica del secretario del consejo al susodicho. Si no lo coge en su casa, llamada al móvil aunque lo normal es que esté en su casa rodeado de la familia y algunos amigos esperando la notificación. Comienza el ritual: “Señor tal -silencio en ambos lados de la línea para darle emoción al asunto estilo Oscar de Hollywood- le paso con el presidente que le quiere notificar una noticia”, dice el secretario. El que intuye será el próximo pregonero. Con lágrimas en los ojos de la emoción y muy nervioso le dice a su mujer -mientras tapa el auricular del teléfono con la mano-, “niña ve sacando las croquetas del congelador que creo que me han elegido pregonero este año por fin”. Tras unos segundos eternos de espera, se pone el presidente al teléfono y le dice a nuestro capillita “en nombre de la Junta Superior del Consejo de Cofradías y Hermandades de Sevilla le quiero notificar que ha sido elegido Pregonero de la Semana Santa de Sevilla”. Suenan aplausos en la casa, los niños corriendo y, entonces, le pregunta nuestro recién elegido pregonero al presidente, “¿tarda usted mucho en venir para mi casa? Es para que se coman las croquetas calentitas”. A partir de ese momento el teléfono no para de sonar; capillitas que visitan la casa, mucho figureo y mucha croqueta. Pero donde hay alegría hay tristeza. A la misma hora, en otras casas de la ciudad se escucha “niña, no saques las croquetas, este año tampoco me han elegido”. Las croquetas se quedan para comer en los próximos meses de almuerzo, de cena, de merienda, para que el niño se las lleve al colegio, para las reuniones de la comunidad de vecinos, para ir al fútbol con los amigos, en algunos casos tienen tantas que cuando se van de veraneo en el mes de agosto se la tienen que llevar al apartamento de la playa. A partir de ese momento comienza el tour del pregonero. Todas las noches actos de entrega de algún ajuar para el día del pregón. Tienen tantos actos con posterior copita que no se pueden probar el chaqué (es la vestimenta del pregonero, algo tan clásico como puede ser la camiseta del Liverpool, el Manchester United o el Everton) hasta días antes del pregón por peligro a la estrechez del chalequillo ante tal dieta...

Continuará...

2 comentarios:

Fali dijo...

¡Maravilloso! ¡Entretenido! Me lo he pasado muy bien. Saludos

Duende del Sur dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Fali. Me alegro mucho que te haya gustado esta historia.

Un saludo.