martes, 26 de junio de 2007
Cristóbal Colón
Cristóbal Colón (en Italiano Cristoforo Colombo) (¿Génova?, 1451 - Valladolid, 20 de mayo de 1506) fue un navegante y cartógrafo de origen incierto al servicio de la Corona de Castilla, famoso por haber realizado el denominado descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492. Su llegada a América impulsó decisivamente la expansión mundial de Europa y la colonización por varias potencias europeas de gran parte del continente americano y de sus pobladores.
El nombre de este navegante puede traducirse como Cristóbal: el que lleva a Cristo, Colón: Espíritu Santo o paloma, de ahí que en la firma de Colón anterior a 1492 se lee Xpo ferens ("portador de Cristo"), que podría hacer referencia a la Orden de Cristo, a la que él pudo haber pertenecido.
Marino que, al servicio de la Corona de Castilla, encontró una ruta segura -desde occidente- a América (hasta entonces desconocida o indocumentada para los europeos), arribando a ella el 12 de octubre de 1492. Curiosamente partió el 3 de Agosto de 1492 del puerto de Palos de la Frontera (Huelva), fecha en la cual los judíos deberían haber abandonado los territorios ordenados en el Decreto de la Alhambra. Su origen más probable es genovés (aunque algunos historiadores sostienen que procedía del Reino de Aragón, del Reino de Galicia o del Reino de Portugal, entre otros). Realmente su origen es un absoluto enigma por haberse perdido mucho material, y por los intereses de varias provincias en adoptarlo como su hijo honorable. El apellido Colón era llevado por muchas familias judías y varios indicios llevan a la conjetura de una ascendencia judía ibérica i.e. sefardí. El traductor que llevaba en su primer viaje era judío, quien traduciría el hebreo de las supuestas tribus perdidas de Israel en la India. Esto explica además la financiación del viaje que fue primordialmente hecha por Santángel un converso reconocido, y no con las joyas de Isabel de Castilla como suele decirse.
Al parecer, Colón sostenía que podía alcanzarse el lejano oriente (las Indias) desde Europa viajando hacia el oeste, y que era posible realizar el viaje por mar con posibilidades de éxito[cita requerida]. En aquella época, los europeos sólo conocían un camino marítimo bordeando África, y esa vía estaba controlada por Portugal, que no permitía el paso de naves que no fueran propias.
Desde los griegos (Eratóstenes) se conocía la circunferencia de la Tierra, por lo cual, los romanos habían inventado la enseña de las columnas de Hércules con una banda y la inscripción: Non Plus Ultra ("no Más Allá") pues con esa circunferencia las naves no tenían probabilidades de llegar a las Indias[cita requerida]. Al parecer la hipótesis de Colón sobre la posibilidad del viaje se basaba en cálculos erróneos sobre el tamaño de la esfera, que suponía era más pequeña de lo que realmente es[cita requerida].
Otras teorías sostienen que Colón había oído, por habladurías de marinos, de la existencia de tierras mucho más cercanas a Europa de lo que se suponía científicamente que estaba Asia y que emprendió la tarea de alcanzarlo para comerciar sin depender de Génova ni de Portugal.
Lo que sí es seguro es que Colón no solo alcanzó América, (llamada en aquel entonces Abya Yala), sino que regresó a Europa, realizando un total de cuatro viajes, y dando inicio a un régimen de viajes periódicos seguros desde Europa hasta América. Aunque es sabido que los siberianos habían llegado a América en el Pleistoceno, y que lo mismo hicieron los Vikingos cerca del siglo XI, es a partir de los viajes de Colón y otros exploradores y conquistadores que lo sucedieron cuando se establecieron vínculos permanentes. A raíz de ello algunas potencias imperiales europeas invadieron parte del territorio americano imponiendo su dominio sobre varias civilizaciones y pueblos allí instalados, como los imperios Inca y Azteca, entre otros. Como resultado de esa dominación fueron destruidas la mayor parte de las culturas originales americanas, incluyendo las técnicas de escritura y los testimonios escritos, los conocimientos científicos y artísticos, las religiones y la mayor parte de los idiomas. También se impusieron varios idiomas europeos que aún hoy son dominantes y las religiones europeas, sobre todo las diversas variantes del cristianismo.
Colón proyectó su viaje con el fin de traer de Oriente mercancías, en especial oro, que habían llegado siempre por la ruta que atravesaba Asia hasta Europa, por Asía Menor, pero a partir de la toma de Constantinopla por los turcos, esta vía se hizo difícil y quedó monopolizada por éstos y sus aliados, los mercaderes genoveses. Las nacionas más ricas de la Europa de entonces, Portugal y Castilla, querían esas mercancías sin intermediarios; los portugueses (cuya Reconquista acabó en el siglo XIII) se habían lanzado a navegar y habían encontrado el paso por el Cabo de Buena Esperanza, creando a su vez un nuevo monopolio, que competía con Génova, por lo que Castilla, al terminar su reconquista, hubo de buscar una ruta nueva.
Su llegada a América abrió también camino al envío hacia Europa de gran cantidad de alimentos inventados por las culturas americanas como el maíz, la patata, el tomate, el cacao, el tabaco, el pimiento, el zapallo, la calabaza, el poroto (nuevas variedades de judía o frijol), la vainilla, entre otros. Los investigadores han estimado que tres quintas partes de los cultivos actuales de todo el mundo fueron inventados por las culturas americana originarias. En sentido inverso, la llegada de Colón llevó a América el uso productivo de la rueda, el hierro, el caballo, el cerdo, el asno, el café, la caña de azúcar y las armas de fuego, entre otros.
En su primer viaje alcanzó la isla de Guanahani, rebautizada como San Salvador por los españoles, después de dos meses de travesía, visitando después Cuba y La Española. Volvió a España siete meses después de su partida. En su último viaje solo tardó un mes y cuatro días en alcanzar las costas de América.
La República de Colombia recibió este nombre como homenaje a Colón.
Discusiones sobre su enterramiento:
El 19 de mayo de 1506, un día antes de su muerte en Valladolid, Cristóbal Colón redacta su testamento ante Pedro de Inoxedo, escribano de cámara de los Reyes Católicos. Como testamentarios y cumplidores de su alma dejó a su hijo Diego Colón, a su hermano Bartolomé Colón y a Juan de Porras, tesorero de Vizcaya.
En ese documento aparece citado como Almirante, Virrey y Gobernador de las islas y tierra firme de las Indias descubiertas y por descubrir.
El testamento dice:
Yo constituí a mi caro hijo don Diego por mi heredero de todos mis bienes e ofiçios que tengo de juro y heredad, de que hize en el mayorazgo, y non aviendo el hijo heredero varón, que herede mi hijo don Fernando por la mesma guisa, e non aviendo el hijo varón heredero, que herede don Bartolomé mi hermano por la misma guisa; e por la misma guisa si no tuviere hijo heredero varón, que herede otro mi hermano; que se entienda ansí de uno a otro el pariente más llegado a mi linia, y esto sea para siempre. E non herede mujer, salvo si non faltase non se fallar hombre; e si esto acaesçiese, sea la muger más allegada a mi linia.
De donde se entiende que tiene dos hijos, Diego y Fernando, siendo el heredero el primogénito, por supuesto, según la costumbre al uso. Cita otros hermanos después de Bartolomé, nombrando solo más tarde en el texto a su hermano Diego como perteneciente a la iglesia. No nombra en el texto ningún otro hermano.
Cita también en el testamento la poca cantidad (un cuento de maravedíes) que los Reyes Católicos pusieron para la empresa del descubrimiento, debiendo él mismo poner una cantidad para el viaje.
Cita también a doña Beatriz como la madre de Fernando, lo que atestigua que nunca se casaron, dejando dicho a su hijo Diego que nunca nada le faltare por razones que pesaban en su alma. Muere con unos 55 años el siguiente día.
Tras su muerte, se lleva a cabo en su cuerpo el proceso llamado descarnación, mediante el cual se quita toda la carne de los huesos. Se le enterró inicialmente en Valladolid y posteriormente fue trasladado al Monasterio de la Cartuja en Sevilla. Por deseo de su hijo Diego, vuelve a ser trasladado más tarde a Santo Domingo en 1542.
Tras la conquista de la isla de Santo Domingo en 1795 por los franceses, se trasladan sus restos a La Habana, y tras la guerra de la independencia de Cuba en 1898, se vuelven a trasladar a la Catedral de Sevilla, donde reposan en un suntuoso catafalco.
Existe una gran controversia en torno al destino final de los restos de Cristóbal Colón.
En 1877, apareció en la Catedral de Santo Domingo una caja de plomo con una inscripción donde se leía "Varón ilustre y distinguido Cristóbal Colón", conteniendo fragmentos de huesos. Esos restos permanecieron en la catedral de Santo Domingo, hasta el año 1992, año en el que fueron trasladados al Faro a Colón, un monumento faraónico construido por el gobierno dominicano, para conservar los restos del Almirante, y donde también se supone que reposan los restos de Colón.
Para conocer cuales eran los verdaderos restos se tomaron muestras de ADN de ambos esqueletos, de Sevilla y de Santo Domingo. Los estudios no debían acabar hasta mayo del año 2006. En enero de 2005 las autoridades dominicanas pospusieron la apertura de la tumba. En el estudio, preliminar hasta ahora, se ha determinado una probable vinculación filial entre los huesos enterrados en la catedral de Sevilla y los de su hijo Diego.
Al parecer no era muy claro, en el momento de la exhumación del cuerpo de la catedral de Santo Domingo, cuál era exactamente la tumba de Cristóbal Colón, debido al mal estado de las tumbas, con lo que resulta al menos probable que sólo se recogieran parte de los huesos, quedando la otra parte en la catedral de Santo Domingo. Sin embargo, faltan estudios que sean más concluyentes al respecto.
El 1 de agosto de 2006 el equipo de investigación dirigido por José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, que estudia los huesos atribuidos al almirante que están en la catedral de Sevilla desde 1898 confirma que sí son los de Cristóbal Colón. Esta afirmación esta basada en el estudio del ADN comparado con el de su hermano menor Diego y con los de su hijo Hernando.
Según los estudios de ADN se determina que Cristóbal Colón era
varón, de entre 50 y 70 años, sin marcas de patología, sin osteoporosis y con alguna caries. Mediterráneo, medianamente robusto y de talla mediana.
Todavía se espera que las autoridades de la República Dominicana permitan el estudio de los restos atribuidos al almirante, que están en ese país, lo cual permitiría completar la historia en torno a esta cuestión. Pero este estudio ya no es determinante para de identificación de los restos de Cristóbal Colón. Se estima que pueda haber restos en otros lugares ya que los que hay en la capital andaluza no llegan al 15% de la totalidad del esqueleto por lo que podría resultar que los que están en Santo Domingo también correspondan al descubridor de América.
Fuente: Wikipedia.
Etiquetas:
Biografías de Andalucía,
Biografías de Sevilla
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario