lunes, 6 de agosto de 2007

Las Cabezas de San Juan


Las Cabezas de San Juan es una localidad de la provincia de Sevilla. En el año 2006 contaba con 16.139 habitantes. Su extensión superficial es de 230 km² y tiene una densidad de 69,8 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 36º 59' N, 5º 56' O. Se encuentra situada a una altitud de 76 metros y a 64 kilómetros de la capital de provincia, Sevilla. Es famosa sobre todo porque fue aquí donde el coronel Rafael del Riego se sublevó contra la dominación absolutista de Fernando VII.

Entre las restantes entidades de población del término destacan los poblados de Marismilla, San Leandro, Vetaherrado y Sacramento.

Los restos arqueológicos más antiguos existentes en estas tierras son de época ibérica. Con posterioridad, el general cartaginés Aníbal ordena construir numerosas torres de vigilancia entre Gades y la zona de Sevilla, que cuando son conquistadas por el romano Escipión, son denominadas Turris Hannibalis. El conjunto de torres se mantiene en pie durante toda la colonización romana, siendo heredadas por los árabes, que cambian su nombre por el de Atalayas de Montúfar. El actual nombre de la población se acuña tras la conquista cristiana, respondiendo a su situación orográfica en una serie de pequeños cerros, conquistados por la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. En el siglo XVII (durante el reinado de Carlos II) la localidad es vendida al Conde de Cañete. En 1820 se produce en Las Cabezas un hecho importante en la historia de España, la sublevación del General Riego contra la política absolutista de Fernando VII para promulgar la Constitución en 1820. Aquí en Las Cabezas está la casa en que se alojó Riego, y hay recuerdos suyos en el Ayuntamiento y en los muros de algunas calles.

El suceso histórico ocurrió de este modo: En el mes de diciembre de 1819 se habían acampado en los alrededo­res de Jerez y Cádiz varios regimientos que formaban una columna para embarcar en una flota que se dirigiría a Méjico para sofocar la sublevación independentista de aquella colonia española. Don Rafael del Riego era teniente coronel en uno de aquellos regimientos, y de acuerdo con los otros jefes, Quiroga, San Miguel y Galiana, decidieron impedir que los regimientos salieran para América, para lo que Riego reunió aquí en la Plaza a sus soldados, y desde el balcón del ayuntamiento lanzó la proclama, restaurando la constitución de 1812 que había sido abolida. Después las tropas marcharon sobre Madrid, y Rafael del Riego se convirtió en el héroe nacional, y gobernó durante tres años, al frente del partido liberal revolucionario.

Aquí en Las Cabezas se inició aquella etapa de la historia de España, con repercusiones internacionales.

En 1821 las Cortes aprobaron una ley en virtud de la cual, el pueblo de Las Cabezas de San Juan que era villa, ascendía a la categoría de ciudad. Las mismas Cortes le concedieron como escudo municipal un castillo sobre ondas de mar, y arriba dos brazos con esposas en las muñecas, y rota la cadena que los unía.

La cabecera municipal se alza sobre una de las colinas que dominan la amplia llanura al borde de la Marisma. Su configuración topográfica le ha convertido en un lugar de fácil defensa ante los invasores y frente a las inundaciones del río. Además, ocupa una posición estratégica como cruce de caminos en la ruta entre Sevilla y la Bahía de Cádiz.

Durante la dominación romana ya existió en el actual asentamiento un núcleo urbano de 24 Ha, con forma rectangular y delimitado por las actuales calles Calvario Alto (este), General Delgado (oeste), Córdoba (sur) y Murallas (norte). El viario se orientaba en sentido norte-sur. Durante la Edad Media, la localidad se va ampliando con calles radiales y manzanas en forma de cuña, teniendo como límites del recinto amurallado a finales del siglo XV las calles Carril Ancho (al oeste) y San Ignacio de Loyola (al sur).

En el siglo XVII, el Conde de Cañete destruye gran parte de la muralla con idea de construir un palacio. Las Cabezas se convierte en una villa abierta y se transforma en un asentamiento plenamente urbano, abandonando el carácter militar que había tenido hasta entonces. En el siglo XVIII se reordena el casco antiguo y la trama se expande hacia el norte, dando continuidad al Carril Ancho y a la calle General Delgado, conformando la calle General Laserna y convirtiéndose la Plaza de la Constitución en el centro urbano.

En el siglo XIX continúa el crecimiento hacia el norte y, por primera vez, hacia el sur, generando una cuña de calles que buscan el camino de Lebrija. Queda ordenada toda la colina que puede denominarse asentamiento histórico, aunque todavía existen algunos vacíos que se rellenan a lo largo del siglo. En la primera mitad del siglo XX se producen asentamientos periféricos en las faldas de la colina, allí donde la topografía lo permite, agotándose sus posibilidades de colmatación. En los últimos años ha variado el esquema histórico de crecimiento, produciéndose desarrollos urbanos a lo largo de casi todos los caminos: hacia el norte (con eje en la C-441), el este (C-343) y el sur (SE-695 y C-441), funcionando la Autopista Sevilla-Cádiz como una cierta barrera al crecimiento urbano por el oeste.

La localidad sigue conservando en buena medida la morfología almendrada que ha tenido históricamente, con largas manzanas orientadas aproximadamente de norte a sur. En los desarrollos más recientes han aparecido las nuevas tipologías constructivas. La travesía de la carretera C-441 sigue estructurando en buena medida el núcleo urbano.

Entre sus edificaciones de interés histórico artístico cabe destacar la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista (siglo XVIII) y la ermita de San Roque (siglo XVII).

Fuente: http://www.sevillaweb.info

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