sábado, 18 de agosto de 2007

Verdiales


Creación artística campesina de naturaleza socio-musical privativa de determinados puntos geográficos en la provincia de Málaga (Andalucía, España) -comarca de la Axarquía, valle del Guadalhorce y Montes de Málaga- y constituida por un particular estilo de cante y baile ejecutados con el acompañamiento de una rondalla compuesta por un violín, de dos a cuatro guitarras, un pandero, dos o más platillos, castañuelas y, en algunos de sus estilos, un laúd o bandurria. A este conjunto de cantaores, bailadores y tocadores se les llama panda de Verdiales en el argot, y a sus actuaciones fiesta de Verdiales.

La música:

Los verdiales poseen un elevado interés musicológico principalmente por tres motivos:

I) Antigüedad: Según flamencólogos como Hipólito Rossy (Teoría del Cante Jondo.- Credsa, Barcelona, 1998) y José Luque Navajas (Málaga en el cante.-El Guadalorce.-Málaga, 1965) los verdiales son, como poco, la más primitiva forma de fandango malagueño y, casi con seguridad, puede que del andaluz en su conjunto. Alfredo Arrebola (Doctor en Filosofía, flamencólogo y cantaor) llega a afirmar que "el fandango más antiguo que registra la historia flamenca es, exactamente, el de Málaga" con sus dos formas "verdiales y fandangos abandolaos, siendo los más viejos los primeros, incluso anteriores al mismo flamenco" (V Congreso de Folclore Andaluz).

II) Pureza: Es un fandango campesino que, tal y como expresa Luque Navajas, «debido a su copioso acompañamiento, ha evolucionado muy poco dentro del cante flamenco, conservando aún su naturaleza primitiva, de una rudeza y autenticidad impresionantes».

III) Vitalidad: Al contrario que otras manifestaciones artísticas andaluzas que se desnaturalizaron al desaparecer su contexto cultural y academizarse, los verdiales se han seguido transmitiendo de padres a hijos de manera ininterrumpida hasta la actualidad por lo que se trata de una genuina y rara muestra de folclore vivo.

La procedencia de la palabra que designa a este -en palabras de Luque Navajas- fandango folclórico primigenio parece ser la comarca olivarera malagueña donde se cultiva una variedad de aceituna denominada verdial por conservarse verde aún madura. Además de en Los Verdiales, la fiesta se ha manifestado desde tiempo inmemorial por los partíos -divisiones territoriales de naturaleza jurídica o administrativa que tienen por cabeza un pueblo principal- de Venta Larga, Tres Chaperas, Jotrón y Lomilla, Santa Catalina, Roalabota, Jarazmín, Santon Pitar además de extenderse por el oeste hasta el Barranco del Sol, por el norte a Casabermeja y Colmenar, y por el este a Jaboneros y Olías; siendo estos los enclaves donde se da, precisamente, el estilo de toque verdialero, el de Montes, que puede considerarse musicológicamente como más auténtico de los tres existentes en nuestros días -Montes, Almogía y Comares- por ser el que participa de más rudeza o, como se dice en el argot, el que se toca a puro compás.

Historia antigua:

Según comenta el etnomusicólogo Miguel Ángel Berlanga, puede que las primeras reseñas históricas que hacen referencia a los bailes andaluces procedan del griego Estrabón, el cual escribió que un personaje egipcio del s. II a.C., Eudoxos, embarcó desde Cádiz hacia otras zonas del Atlántico, parece que de África, a muchachas músicas posiblemente para mercadear con sus dotes como cantantes, instrumentistas o bailarinas con crótalos en esas tierras.

No es de extrañar ya que hay evidencias de que en el sur de España, en época prerromana, ya existía una cultura floreciente conformada al oeste por tartessos y al este por los turdetanos y bastetanos. La riqueza minera de esta zona (minas de Riotinto, Tarsis, Huelva...) atrajo a fenicios, griegos y romanos los cuales se encontraron no con un conjunto de pueblos aislados, sino con toda una civilización mediterráneo-occidental bastante desarrollada como prueba el hecho de que la Bética alcanzase a ser una de las circunscripciones más desarrolladas del Imperio Romano además de aportar a su vida pública emperadores (Trajano, Adriano), intelectuales como Séneca y obispos influyentes como Ossio. Estos factores propiciaron el intercambio de danzas y canciones de manera que Hipólito Rossy comenta en su obra Teoría del Cante Jondo que en época griega ya sería característica típica del canto en el sur de España su estilo melismático.

De época romana datan valiosas representaciones de lo que parecen ser manifestaciones artísticas precursoras de las pandas de Verdiales. En un mosaico dedicado a Baco encontrado en Córdoba, aparece una mujer tocando una especie de pandero. Este instrumento, extendido también por gran parte del Mediterráneo, ha sido muy popular en España en bailes y danzas hasta bien entrado el siglo XIX y en la actualidad se toca en algunos bailes folclórico-tradicionales en Andalucía (Alpujarras, Montes de Málaga...), Extremadura y Castilla siendo el elemento rítmico primordial en lo que a los Verdiales se refiere. La estética flamenca, sin embargo, no ha adoptado el uso de este instrumento musical por lo que podemos hablar de que se trata a las claras de un elemento preflamenco.

Pero es un mosaico hallado en las ruinas de Pompeya que se conserva en el Museo de Nápoles el que quizás constituye la prueba más sugerente acerca de la antigüedad y conexiones rituales de las pandas de verdiales con arcaicas fiestas mediterráneas precristianas. Esto es debido a la similitud existente entre los instrumentos, la manera de actuar y la vestimenta de estas pandas con el grupo de músicos representado en la catalogada como Scena comica con suonatori ambulanti. Se trata de una copia en mosaico romano del siglo I de una pintura helenística del siglo III a.C. En la Scena aparece un grupo de músicos de la antigüedad helénica que portan un pandero con cintas de adorno, unos crotalillos o platillos de bronce, una caracola que anuncia la llegada de los músicos, y una flauta doble tipo aulós. Además, dos de los cuatro músicos van tocados con adornos de flores en la cabeza, al estilo de los que los tontos (chascarrillo con el que se alude a los miembros de las pandas de verdiales por celebrar su Fiesta Mayor el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes) llevan en sus sombreros de palma. Todos esos objetos, excepto la flauta doble, son característicos de las pandas de verdiales malagueñas en la actualidad lo que sugiere la existencia de una continuidad en la tradición.

Historia moderna:

Se puede considerar que este período abarca desde los años de los que datan las grabaciones audiovisuales de Verdiales más antiguas (1950-1960) hasta la actualidad. También se puede justificar tal datación sobre la base de que es en estas fechas cuando Málaga capital empieza a valorar la "fiesta" que otrora considerara como "cosas de catetos", y ello debido a que la sucesiva instalación de los campesinos emigrantes desde los montes circundantes a los barrios periféricos de la ciudad permitió un acercamiento de este fandango a la ciudad y que acabara convirtiéndose casi en un símbolo de la identidad colectiva de la provincia de Málaga.

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