Sobre la reja que cierra la capilla figura una vidriera de Arnao de Flandes con el tema del Laboratorio de los Pies, realizada en 1555, mientras que el interior de la capilla se ilumina con otra vidriera realizada en 1931, que presenta el escudo del Cardenal Ilundáin. Preside la capilla un retablo de estipites fechable en la segunda mitad del siglo XVIII, en cuya hornacina principal figura una escultura de Cristo Crucificado de finales del siglo XVI. En las calles laterales aparecen pinturas de la misma fecha que el retablo, de escasa calidad, que representan a La Virgen, San Juan, Dos ángeles pasionarios y el Padre Eterno, en el remate. En el banco del retablo se alberga una escultura de candelero de La Virgen de los Dolores, que da nombre a la capilla. Es obra atribuida a Pedro de Mena y fechable hacia 1680.
En el muro izquierdo de esta capilla se encuentra el sepulcro, realizado en mármol, del Cardenal D. Marcelo Spínola y Maestre, obra del escultor Joaquín Bilbao concluida en 1912. La figura del Cardenal aparece en actitud orante sobre un fondo de relieve con una representación de la Inmaculada.
En este muro se disponen interesantes pinturas, como Jacob bendiciendo a sus hijos, obra flamenca del siglo XVII atribuida a Peter Van Lint, La negación de San Pedro, obra de un anónimo seguidor de Caravaggio, quizás francés, y El entierro de Cristo, también anónimo, de escuela romana de hacia 1620.
En el muro frontero al altar se encuentra un lienzo del Ecce Homo del Siglo XVII y una talla de mediados del siglo XVI con representación conjunta de El beso de Judas y el Ecce Homo. Sobre estas pinturas se encuentra una magnifica obra de Valdés Leal que representa Los Desposorios de la Virgen y San José realizada en 1657.
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