viernes, 14 de septiembre de 2007

La Sacristía de los Cálices


De la capilla de los Dolores se accede a la Sacristía de los Cálices, recinto donde se expone una selección de las mejores pinturas que posee la Catedral. Esta sacristía es de planta rectangular y cubierta con bóveda de nervaduras góticas; se tiene noticia desde el inicio de su construcción en 1509 cuando estaba al frente de las obras el arquitecto Alonso Rodríguez.

Desde 1512 intervino en ella Juan Gil de Hontañón, y después de varios años de inactividad constructiva trabaja en la obra Diego de Riaño, desde 1532 hasta su muerte en 1534.

A partir de esta ultima fecha y hasta su conclusión en 1537 dirigió las obras Martín de Gainza.


En el frente de esta Sacristía se abren dos pequeñas capillas-oratorios cuyas puertas flanquean la excepcional escultura del Cristo de la Clemencia realizado por Juan Martínez Montañés en 1603. Fue realizada para una capilla de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla, cuyo patronato pertenecía al arcediano Vázquez de Leca que fue quien encargo la escultura. En su lugar de origen estuvo hasta 1836, cuando a consecuencia de la Desamortización paso a la Catedral. El Cristo de la Clemencia es por su belleza corporal y las serenidad de su expresividad espiritual una de las obras más perfectas de la escultura barroca española.

El recorrido por la excepcional colección pictórica que se expone en esta Sacristía se hace de izquierda a derecha, comenzando por la puerta de entrada.

En primer lugar figura una representación sobre tabla de La Virgen con San Pedro y San Jerónimo, obra de Juan Sánchez de Castro, realizada en el último tercio del siglo XV.

Es obra que ha tenido que ser muy restaurada en su parte inferior por haber llegado mutilada a nuestros días.


El muro izquierdo de la Capilla esta ocupado por cuatro grandes tablas que originariamente figuraron en la viga que estuvo sobre la capilla mayor de la Catedral. Fueron realizadas entre 1508 y 1512 por Alejo Fernández y representan El abrazo de San Joaquín y Santa Ana, El nacimiento de la Virgen, La Adoración de los Reyes y La Presentación del Niño en el Templo. En el ultimo tramo de este muro de la izquierda figura una gran tabla, que en este caso representa a San Pedro y que pudiera ser la que en 1528 realizo para la Catedral el pintor Pedro Fernández de Guadalupe.


A la derecha del altar del Cristo de la Clemencia se encuentran otras dos magnificas tablas que representan El Calvario, obra de Juan Sánchez de San Román, y La Piedad con San Vicente, San Miguel y un donante, firmada por Juan Nuñez, obras ambas del ultimo tercio del siglo XV. A la izquierda del altar se encuentra un lienzo de La Virgen con el Niño, de Zurbarán, y sobre el una Trinidad obra de Luis Tristán, fechada en 1624, donde el artista muestra reminiscencias del estilo de El Greco, quien fue su maestro.

En el muro derecho figura en primer lugar un San Jerónimo realizado por Pablo Legot hacia 1640, con claras influencias de Ribera. Siguen un Ángel de la Guarda, obra del pintor italiano Matía Preti fechable hacia 1660, y debajo una representación de San Lázaro con Santa Marta y María Magdalena, obra de Valdés Leal fechable hacia 1660.


El espacio central del muro derecho esta ocupado por una magnifica pintura que representa a Las Santas Justa y Rufina, obra firmada por Francisco de Goya en 1817. Esta pintura le fue encargada al artista por el Cabildo y fue realizada para ocupar el espacio en que hoy figura el Cristo de la Clemencia, siendo desplazada en su lugar original cuando en 1836 dicha escultura ingreso en la Catedral. La pintura de Goya es una de las mas bellas producciones de tema religioso, y en ella el artista muestra una excepcional maestría en el manejo del pincel y en el uso del color.

Los tipos físicos de las Santas representan una belleza serena, de carácter popular, integrándose de forma perfecta, ambas figura, en un diáfano ambiente matizado de tonalidades azules y grisáceas, al fondo del cual el artista ha representado el río Guadalquivir y el perfil de la ciudad con la Catedral y la Giralda. A continuación de esta magnifica pintura se encuentra un Cristo Crucificado de mediados del siglo XVII, obra del taller de Zurbarán, y una representación de La Gloria, obra de Juan de Roelas fechable en torno a 1615, en la que el artista muestra su vinculación a la escuela veneciana.

En el siguiente espacio del muro están situadas dos excelentes pinturas firmadas por el pintor flamenco Jacob Jordaens y fechadas en 1669 que representan La Adoración de los Reyes y La Circuncisión. Cierra la colección pictórica de esta Sacristía un San Juan Bautista, obra de Zurbarán fechable hacia 1640.

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