Los Tres Barrios ocupan una superficie de 35 Ha, de las que casi el 50% pertenecen a la barriada de Los Pajaritos, y aunque las tres barriadas forman un conjunto claramente identificable, cada una de ellas tiene una entidad independiente de barrio. Su concepción urbanística responde a la búsqueda de soluciones en un momento determinado ante la necesidad de la vivienda, problema que Sevilla padecía desde comienzos del siglo XX.Desde entonces,ño tras año y hasta la década de los sesenta, la ciudad recibió un incesante flujo inmigratorio de campesinos procedentes de todas las provincias andaluzas, situación que se agravó entre los años 1940-1958, careciendo de preparación alguna para acoger a este contingente humano, por lo que un irremediable "cinturón de miseria" rodeó a la ciudad: más de cuatro mil chabolas albergaron a más de setenta mil personas, situación insostenible que motivó la creación de un gran número de nuevas viviendas, desbordando la ciudad sus límites tradicionales y extendiéndose hacia una periferia de grandes barriadas, de las que Los Tres Barrios vinieron a ser modelos experimentales.
Por tanto, para poner solución a estos problemas, el Real Patronato de Casas Baratas, tan popular en nuestra ciudad, adquirió en 1955 la Huerta de La Candelaria, sobre terrenos de la Hacienda de Amate y parte de la Hacienda de La Negrilla, y proyectó 1.124 viviendas de tipo social, dotadas con los servicios elementales. Tras unas vertiginosas obras, tan sólo un año más tarde se procedió a la ocupación de las seiscientas primeras viviendas de barrio por parte de familias humildes que, a partir de entonces, se llamó La Candelaria. Avanzado el año 1957 se entregaron 210 nuevas viviendas y se inauguró el nuevo puente sobre el Tamarguillo, por entonces todavía un río con capacidad de impresionar a la ciudad, y el total de las viviendas fue finalmente bendecido en noviembre de 1959. A comienzos de los años sesenta, la zona fue testigo de las obras de desviación del arroyo Ranilla (que dio popularmente a conocer la cárcel como la venta Ranilla, por una venta hoy desaparecida) y al entubamiento del Tamarguillo, que en 1961 había protagonizado una de las mayores riadas de la historia reciente de la ciudad, ocasionando grandes daños.
Los Pajaritos:
También sería en 1959 cuando se inició la primera fase de construcción de viviendas de Los Pajaritos, ensayo de sector urbano periférico. Dentro de su recinto pueden distinguirse tres núcleos, siguiendo la terminología de Pilar Almoguera: Nazaret, entre las calles Estornino, Candelón, Gaviota y Tórtola, que se compone de edificios paralelos que suponen una banda uniforme; la zona Triangular, entre las calles Alondra, Codorniz y Avenida de Andalucía, alterna los edificios con superficies o edificadas, y el área central es un espacio abierto donde se instalan los servicios y se conecta con las otras dos barriadas. Así, se levantaron 1.152 viviendas en el sector denominado Nazaret, que vendrían a completarse con una segunda fase realizada en 1960 y que comprendía 1.125 viviendas en la llamada Zona Triangular, salvo los altos edificios de más noble aspecto que lindan con la Avenida de Andalucía, que serían levantados en 1964 y 1970 y que cerrarían la tercera fase, iniciada en 1962 y que conllevó la construcción de un total de 800 viviendas.
La barriada de Madre de Dios, enclavada en lo que fueran terrenos de la hacienda del mismo nombre, fue edificada con anterioridad, en los años 50, por la Obra Sindical del Hogar y destinada a familias trabajadoras, a quienes se entregaron 1.964 pisos.
En 1963 se culminan los servicios comunitarios de Los Tres Barrios con la edificación del Mercado de Abastos y un año más tarde con la construcción del Colegio Nacional Victoria Díez, pues las instalaciones del real Patronato de Casas Baratas, actual Colegio Blanca Paloma se habían visto desbordadas ante la fuerte demanda de plazas escolares.
El Acueducto:
Al este de la ciudad, estos barrios inicialmente se localizaron aislados de la trama urbana y separados de la misma por el arroyo Tamarguillo, pese a estar enmarcados por las prolongaciones de las calles Eduardo Dato y Luis Montoto, ejes del crecimiento de la ciudad hacia el este.
A sus alrededores sólo había huertas al frente, la prisión provincial, y en la esquina noroeste unos restos del acueducto llamado Los Caños de Carmona, obra inicial romana que quedó abandonada a su suerte hasta que los árabes decidieron acabar con los complicados transportes de agua en burro y carruajes. Por desgracia, de él sólo se conserva tres tramos en diferente estado, y la continuación del que hay en Los Pajaritos era sin duda de los más pintorescos y espectaculares, pues alcanzaba los tres cuerpos para salvar la travesía del Tamarguillo, pasando el tranvía por el segundo de ellos. El paisaje, pues, se ha ido transformando con los años hasta conformar la situación actual.
Fuente: ABC.
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