Han pasado más de cien años desde que se abrió el camino de la Isla Menor sobre la antigua vereda del Chaparro. Allí, entre el Cortijo del Cuarto y el Mato del Chaparro comenzó a nacer el barrio de Bellavista a finales del siglo XIX con pequeños núcleos rurales cuya población se incrementó en 1923 gracias a una primera parcelación y desde entonces no ha cesado su crecimiento. Entretanto, la barriada se fue alargando en dirección norte-sur a un lado y otro de la carretera Madrid-Cádiz (Avenida de Jerez) que la divide en dos sectores bien delimitados. Este barrio, a siete kilómetros del casco urbano sevillano y enclavado entre el puerto y el pueblo de Dos Hermanos, está delimitado ademas en su parte oriental por la vía del ferrocarril Sevilla-Cádiz y la carretera de Dos Hermanas.
Hay que destacar la especial vinculación de Bellavista con la advocación a la Virgen de Valme, devoción que data de los años de la Reconquista de Sevilla, cuando Fernando III instaló un gran campamento en los terrenos del Cortijo del Cuarto, tras la conquista de Lora, Constantina, Guillena y Cantillana, y pidió a la Virgen el gran triunfo de la Fe cristiana en la conquista de la ciudad de Sevilla con muy pocas palabras: ¡Vál(e)me, Señora!. Su promesa fue cumplida y el Santo Rey erigió en el lugar en que se encontraba la Tienda Real un Santuario a María, y junto a ella situó el trofeo que había arrebatado al enemigo musulmán, una imagen medieval de María sedente, con el Niño Dios sobre su pierna izquierda. Este Santuario se convirtió rápidamente en un foco incesante de peregrinos que acudían a pedirle remedio a todo tipo de necesidades, destacando entre todos los exvotos las cadenas y grilletes de los cautivos que imploraban la libertad a la Virgen de Valme o los barcos en miniatura de aquellos que podía librarse de tempestades y naufragios. Más adelante, de los siglos XVII al XIX la devoción de la imagen arraigó en la villa de Dos Hermanas, que invocaba a la Señora como abogada y valedora en las calamidades, epidemias y sequías, para lo que la imagen era trasladada a esta población.
La Urbanización:
En cuanto a la urbanización de Bellavista, en los años treinta se presentó un proyecto de parcelación al Ayuntamiento de Dos Hermanas, que fue aprobado y que trajo como inmediata consecuencia la rotulación de sus calles y plazas. uno de los hitos más relevantes de la historia de este barrio fue la transferencia del mismo al municipio de Sevilla en el año 1937, que vino motivada porque la ciudad había tenido que edificar sus nuevos cuarteles en la zona sur fuera de su término y también porque esta zona que iba desde el puerto hasta Bellavista al realizarse la Corta de Tablada quedaba abierta como una nueva zona industrial. Y fue precisamente esto, unido a la inmigración producida por la guerra, lo que trajo consigo un nuevo aumento de población con la instalación de importantes factorías que por la mano de obra establecieron una fuerte relación que se acentuó en la década de los cincuenta. Al comienzo de ésta, el Ayuntamiento hispalense rotuló de nuevo el barrio con nombres de poblaciones españolas, sevillanos relacionados con el mundo de l cultura, o reponiendo antiguas denominaciones sustituidas por ayuntamientos anteriores; igualmente, la Diputación Provincial de Sevilla levantó en los terrenos del Cortijo del Cuarto la barriada de El Cuarto, núcleo urbano compuesto por casas unifamiliares de estilo rural adosadas y de una o dos plantas.
Nuevos servicios:
Sin embargo, y como por estos años era habitual, todavía en 1957 el barrio no contaba ni con alcantarillado ni con abastecimiento de agua potable. También carecía de pavimentación y el alumbrado era muy deficiente, situación agravada por su lejanía de la ciudad, con la que mantenía muy poco contacto. No obstante, las obras de conexión de la red de alcantarillado y suministro de agua de Bellavista habían comenzado a hacía casi una década, en 1950, y aún tardaría un tiempo en quedar definitivamente comunicada.
Pero fue en 1969, con la aplicación de Reforma de Bellavista, cuando comerciantes e inversores se percataron del valor real de Bellavista, que se incrementaba por estar muy bien comunicada; a partir de entonces aumentaron rápidamente los equipamientos del barrio hasta el punto que hoy cuenta con dos parroquias, varios colegios públicos, Instituto de Bachillerato, ambulatorio, distintos centros sanitarios, Correos, Telefónica, mercado, etc. También crecieron los altos bloques de viviendas que, si bien enriquecieron la barriada, contrastan su arquitectura con el tipo de vivienda dominante, con cierto tipismo sevillano, caracterizada por tratarse de viviendas unifamiliares de dos plantas con azoteas, ventanas y balcones, adornadas con azulejos; en las últimas décadas también han proliferado los nuevos materiales constructivos en las fachadas, como los terrazos y la azulejería industrial serigrafiada. Y en menor número, hay hermosos chalets con jardín.
Fuente: ABC.
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