El 23 de noviembre de 1248, tras 16 meses de asedio, el Rey San Fernando entró victorioso en la Ciudad y, cumpliendo su promesa, en la cumbre del Cerro de Cuarto, también llamado "Buenavista", hizo labrar una capilla, de estilo mudéjar, en la que colocó la imagen de la Virgen que, en recuerdo de la angustiada invocación del rey, se denominó "de Valme". A sus pies colocó el pendón del rey moro de Sevilla, que actualmente se conserva en la Parroquia de Santa María Magdalena.
Asentada en terrenos del heredamiento de Cuarto, donados por el rey Fernando III el Santo a la Ciudad de Sevilla en su repartimiento, posteriormente pasó a propiedad de Doña Leonor de Stúñiga quien, a su vez, lo vendió a Don Juan Ponce de León. Éste edificó hacia 1430 "Casas y Mesón", donde hasta ese momento existía una torre militar, que aún subsiste. Los terrenos del donadío de Cuarto, sin embargo, eran abiertos y de pasto común, y así lo declara expresamente el juez de Términos Rodríguez Ayllón en 1434.

Por Cédula de Felipe V, fechada a 26 de octubre de 1622, se había ordenado la construcción de unos molinos de pólvora en el sitio de Cuarto, para alejarlos de la ciudad de Sevilla. Estos molinos estallaron al poco tiempo, destruyendo en parte la ermita de Valme, que estaba cerca. En 1677 fue reedificada, manteniéndose a base de los donativos que la gente sencilla y piadosa entregaba para el culto. Así, el 6 de febrero de 1774, José García Terreros, alcalde de Santiago de Querétaro (México) envió un considerable donativo para atender su culto.
Se reconstruyó en 1859 a iniciativa de S.S.A.A.R.R. los Serenísimos Infantes Doña María Luisa Fernanda de Borbón y Don Antonio María de Orleans, Duques de Montpensier. El autor del proyecto de construcción de la ermita debió ser el arquitecto Balbino Marrón, que realizó obras de similar estilo para el Duque de Montpensier.
La iglesia restaurada quedó inaugurada el 9 de octubre de 1859, fecha en que, con gran solemnidad se llevó a ella en procesión a la Virgen de Valme, junto con el pendón. De esta fecha data la lápida conmemorativa donde, con letras de oro sobre mármol negro, se dice:
Volvió a ser restaurada en 1989.
2 comentarios:
No tenía ni idea de la vinculación de los duques de Montpensier con Valme; la verdad es que para no haber nacido en Sevilla, le debemos bastantes cosas a estos señores.
Saludos.
Ya te digo, entre otras, el auge de nuestra Semana Santa o el Palacio de San Telmo, especialmente los jardines del mismo que la infanta María Luisa cedió en su testamento a la ciudad y que hoy conforman el Parque de María Luisa.
En mi opinión, deberían tener un mayor reconocimiento en la ciudad. Ahora mismo sólo recuerdo el Salón Montpensier en el Ayuntamiento y poco más...
Saludos amigo Sergio.
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