lunes, 11 de mayo de 2009

La calle del Duende

A la terminación de la guerra entre Inglaterra y Francia, que se libró en España y que impropiamente llamamos "Guerra de la Independencia, al avanzar los ingleses y tropas españolas por Triana, expulsando hasta Alcalá de Guadaíra a los franceses y tropas españolas llamadas afrancesadas, se produjo un encuentro en el terreno que está comprendido entre el actual hospital de la Cruz Roja de Triana y la Cava, hoy llamada Pagés del Corro, en unas huertas que entonces se llamaban "El Matillo Alto", en uno de cuyos callejones entre huerta y huerta quedó muerto un oficial francés.

Pasado algún tiempo, terminada la guerra, se empezó a edificar aquella zona formándose una calle y los primeros vecinos observan que a horas desusadas salía un hombre que recorría la calle y volvía a entrar en la misma casa de que saliera.

Pronto empezaron los vecinos a manifestar sy temor, deduciendo que por las noches salía el espíritu o fantasma de aquel oficial francés que fue muerto en el último combate. Y como la gente era entonces piadosa y creyente, acudieron al vecino convento de San Jacinto para pedir a los frailes que hicieran lo posible para que aquel ánima en pena abandonase el lugar y dejase tranquilos a los moradores de la calle. Pero de nada sirvieron los exorcismos, procesiones y rosarios de la aurora, porque de vez en cuando, inesperadamente, algún vecino que volvía tarde a su casa, de madrugada, se encontraba con el aparecido. Por este motivo aquella calle nueva recibió el nombre de Calle del Duende.

Pasados unos años y, tras los sucesos de 1824, hubo una amnistía y sorprendentemente apareció el duende, que no era otro que el oficial francés, que no había muerto y que, recogido por una caritativa joven, había vivido oculto en la casa, donde, a falta de otro entretenimiento, tuvo varios hijos con su protectora. Se casaron y ya el francés hizo vida normal, pudiendo salir de día en vez de hacerlo de madrugada.

La calle se siguió llamando hasta 1890 calle del Duende, llamándose ahora Ruiseñor. Es la primera que encontraréis a mano izquierda, pasada Pagés del Corro y antes de llegar a la de Justino Matute.

Fuente: de MENA, José María. Tradiciones y Leyendas Sevillanas. Plaza & Janes Editores, S. A, 1989.

3 comentarios:

sevillana dijo...

Qué historia más bonita no la conocía, se que algunos soldados u oficiales estuvieron escondidos en diferentes casas, pero esta no la sabía.
Besitos

María_azahar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Duende del Sur dijo...

Me alegro que te haya gustado sevillana. La verdad es que han existido muchas historias como ésta en la Sevilla de las guerras. Unas con final feliz como éste, otras no tanto.

Muchas gracias a ti hermosa Duendecilla, por estar siempre pendiente y regalarme comentarios tan preciosos como el que hoy nos traes. TQM María_azahar.

¡Saludos y muchas gracias por vuestros comentarios!