lunes, 26 de marzo de 2007

La lanza que atravesó el costado de Cristo se conserva en Viena

Tres imágenes de la lanza sagrada: la original, con un remache de oro y plata de finales del siglo XI en la que se dice que pertenece a San Mauricio, y con una pieza de oro de finales del XIV.
Indiana Jones y Lara Croft la han perseguido en la ficción por selvas y desiertos sin saber que es Viena el lugar donde se guarda la lanza con la que, según la leyenda, se hirió a Jesús en el costado cuando estaba en la cruz.

La primera monografía sobre la misteriosa arma se ha puesto hoy a la venta, editada por el prestigioso Museo de Historia del Arte, bajo el título "La Santa Lanza en Viena. Insignia, reliquia, arma del destino".

La hoja partida de doble filo de la lanza, de 51 centímetros de largo y conservada sin su asta, cuenta con tres remaches de oro y plata y se conserva en la cámara del Tesoro del Palacio Imperial. Junto a la lanza, están la corona del Sacro Imperio Romano Germánico, un globo de oro del siglo XII y la espada de Carlomagno.

La historia se inicia en el Nuevo Testamento: un centurión romano traspasa el costado de Jesús en la cruz con su lanza para asegurarse de que está muerto, la leyenda bautiza a ese personaje como Longino y el arma pasa a ser venerada.

Existen tradiciones distintas sobre los avatares de la pica, que se pierden desde los orígenes del cristianismo, y además coincidían tantas "lanzas santas" como para armar una legión, pero la de Viena es la mejor documentada, si bien se descarta que la época en la que se forjó coincida con el mito.

El arma se moldeó en torno al año 800 y la blandió Carlomagno, que la recibió en Roma como regalo del Papa. Es a partir de finales del siglo XIII cuando, ya en posesión de la casa de Habsburgo, comienza a ser identificada con Longino y con el Santo Grial y en 1227 el papa Gregorio IX aseguró al emperador Federico II que era la lanza que había atravesado el costado de Cristo.

En 1354 el Papa Inocencio VI establece oficialmente su veneración como la Lanza de la Pasión, un instrumento en el sufrimiento de Jesús en la cruz, para lo que se le aplica al arma un remate de oro en el que se lee: "Lancea et Clavvs Domini" (Lanza y clavo del Señor, en latín).

En septiembre de 1938, poco después de la anexión de Austria al Tercer Reich, es trasladada a Nuremberg por los nazis y pronto visitada por el propio Adolf Hitler, un fetichista de símbolos del poder germánico, que buscaba una forma de legitimar su régimen recurriendo al valor histórico del arma.

Tras la II Guerra Mundial vuelve a Viena. La creación del mito posmoderno del arma sobrenatural se gesta en un artículo del 6 de noviembre de 1960 del amarillista Sunday Dispatch de Londres, cuyo autor, Max Caulfield, relaciona la lanza con poderes satánicos que Hitler utilizó para ser invencible.

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