Los Jardines de las Delicias de Arjona, se encuentran en Sevilla, ubicado junto al Parque de María Luisa, es conocido popularmente entre los sevillanos como Jardines de las Delicias y fue el primer espacio que se intentó aprovechar como espacio verde y jardines en el siglo XVIII, al tiempo que expandía la ciudad.
No sería hasta el año 1825 cuando se produciría el cambio más importante en el parque, añadiendo el toque romántico que pervive aún con el paso del tiempo. También se acondicionó con unos riegos muy novedosos para la época al tratarse de una máquina de vapor bombeando agua. En 1864 se incorporaron algunas obras escultóricas provenientes del Palacio Arzobispal de Umbrete tras el incendio sufrido en 1762, se trataban de obras de arte de estilo rococó italiano, clasicista y temática pagana, fueron colocadas sobre pedestales de estilo rococó.
Próximos al año 1929 se acuerda remodelarlo para que incorporarlo a la Exposición Iberoamericana que se celebraría en la ciudad.
En el año 2004 es declarado Bien de Interés Cultural dentro de la categoría Jardín Histórico.
De este a oeste, los Jardines de las Delicias se ordenan con la siguiente secuencia: una franja extendida de forma paralela a la Avenida de la Palmera, donde se encuentra la trama de mayor carácter romántico, efecto conseguido mediante la ordenación de los circuitos en torno a glorietas de planta circular comunicadas por senderos de recorrido recto o curvo. En ellas se conservan fuentes o pedestales con esculturas que dan al conjunto un buscado carácter escénico. La primera de ellas, dedicada a Venus, presenta una escultura central sobre alto pedestal; la segunda, a Urania, también se compone de escultura central sobre pedestal; y en la tercera, se encuentra una fuente central con escultura de un niño jugando con una caracola. Pasado el paseo del Líbano hay tres glorietas más en el flanco cercano a la Avenida de la Palmera, mientras en el contrario aparecen sólo dos. De aquéllas se dedica una al pintor Sorolla y otra al dios Pan. De las segundas, la primera es de planta cuadrada, en la que existe una grada decorada con pedestales y esculturas en las esquinas, uniéndose a otra de planta circular. Por último encontramos un espacio ordenado en torno a un estanque central de planta rectangular.
La zona situada en el sector trasero al descrito, extendida hasta el límite oeste del jardín, presenta amplias praderas de césped en la que se encuentran tres glorietas y una ordenación muy clara compuesta por senderos de tierra. Este área pertenecía al espacio en el que se encontraba el antiguo macetero, razón por la cual presenta una ordenación muy diferenciada al resto del jardín, al ser la más reciente en el proceso de incorporación en las remodelaciones de todas las áreas ajardinadas que lo componen y no haberse planteado una ordenación de carácter simétrico.
Como zonas reformadas por la implantación de algunos de los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929, quedan por describir los extremos sur y norte del propio jardín. En el primero se ubicaron los de Marruecos y Colombia, conservando, en torno a ellos, el carácter de zona ajardinada en la que se plantearon construcciones dispersas y exentas. En el sector contrario, la principal alteración del jardín se llevó a cabo como consecuencia de la construcción del pabellón de Argentina. Esta edificación de gran desarrollo en planta, alteró el espacio que se encuentra a su alrededor principalmente en la parte anterior a la fachada principal, ante la cual se diseña un acceso para el tráfico rodado a modo de apeadero que deriva desde la Avenida de la Palmera, similar al planteado en la acera frontera, coincidiendo con una de las entradas del Parque de María Luisa. Más próximo al vértice del jardín por el extremo norte se encuentra el pabellón de Guatemala, y seguidamente, una pequeña glorieta.
En la actualidad, y abarcando la totalidad de la planta de lo considerado como jardín de carácter histórico, los Jardines de las Delicias de Arjona, en Sevilla, representan para el sector de la ciudad en la que se ubica, una importante área ajardinada que cuenta con interesantes especies botánicas y otros elementos de mobiliario urbano original del momento de su diseño. Aunque separado del extenso Parque de María Luisa por la Avenida de la Palmera, conecta con este sector de gran densidad de zonas verdes de interés patrimonial de la ciudad, con el cual y a pesar de las diferentes razones que los crearon, se ejerció una unión en la que la implantación de algunos de los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929 otorgó un cierto carácter unitario.
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