domingo, 20 de abril de 2008
El Cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga
Luis María de Borbón y Vallabriga, hijo del Infante Luis Antonio de Borbón y de Doña María Teresa de Vallabriga, nació el 22 de mayo de 1777 en el palacio de Villena de Cadalso de los Vidrios, sin rango especial alguno y fue apellidado Vallabriga (de acuerdo con la pragmática).
La familia no fue bien acogida en Cadalso y optó por trasladarse en 1779 a Arenas de San Pedro, en donde nacieron sus hermanas María Teresa y María Luisa, pasando largas estancias en su palacio de Boadilla de Monte. Durante este periodo vivió rodeado de artistas de la talla de Boccherini, Ventura Rodríguez, Goya, etc.
Su padre el Infante Don Luis muere el 7 de agosto de 1785 y el rey Carlos III encomienda la educación de sus hijos al arzobispo de Toledo; Luis María fue trasladado al palacio arzobispal y las niñas entraron en el monasterio cisterciense bernardas de Toledo, todo ello con objeto de evitar la descendencia de esta rama de la familia Borbón.
Los jóvenes Vallabriga fueron creciendo lejos de su madre, que tardó siete años en volver a verlos. Luis María sintío desde muy joven inclinación por el estado sacerdotal. Fue educado por el culto cardenal Lorenzana y vivió alejado de la corte hasta que el matrimonio de su hermana con Manuel Godoy vino a catapultar su carrera.
Tras tomar las órdenes sacerdotales fue investido, en 1793, arcediano de Talavera, y al año siguiente fue autorizada su sucesión en el condado de Chinchón, titulo que cedió a su hermana María Teresa en 1795. Era un joven culto y de espíritu liberal, pero de acentuado carácter sombrío, débil y flexible.
En 1797 la reina María Luisa, deseosa de mantener al querido Manuel Godoy bajo su órbita y apartarlo de su amante oficial, urdió la boda del favorito con María Teresa. Tras la boda, celebrada en el Escorial el 11 de septiembre de 1797, una lluvia de cargos y de honores comenzó a caer sobre los hermanos Vallabriga. El 4 de agosto de 1799 fueron elevados a grandes de España de primera clase, en marzo de 1800 Luis María fue creado arzobispo de Sevilla, en junio de 1800 les fueron reconocidos el uso del apellido Borbón y de las armas de la casa real, Luis María recibió la orden de Carlos III y su madre y hermanas la de la reina María Luisa y en diciembre Luis recibe la mitra toledana con sus ricas rentas , fue creado también Marques de San Martín de la Vega y nombrado gran canciller de Castilla y consejero de estado.
En octubre de 1800, a los 28 años, Luis María recibe de Roma el capelo cardenalicio, con el título de Santa María della Scala, que ya había llevado su padre. Su elevación es festejada en Toledo con mucha pompa. Toda la ciudad se engalana y Goya que había pintado por primera vez a don Luis María a la edad de seis años, vuelve a pintarlo cuando se pone la púrpura cardenalicia. De aquel que conoció de niño Goya hace más que un retrato: hace la glorificación de un príncipe de la Iglesia,
El 17 de marzo de 1808 estalla el motín de Aranjuez que conduce al encarcelamiento de Godoy (cuñado de Luís María) y a la abdicación de Carlos IV (su primo). Su hermana María Teresa, ve la oportunidad de abandonar a su esposo Godoy tras muchos años de humillaciones, deja a su hija Carlota (a la que detesta) con los depuestos reyes y se traslada a Toledo junto a su hermano el Cardenal Luis María.
El 2 de mayo de 1808 se inicia el alzamiento popular contra los franceses, el 10 de mayo Fernando VII abdica en favor de Napoleón y este en su hermano José I. Luis María escapó al cautiverio de Napoleón y se vio obligado a reconocer al rey José. Entre mayo y junio, sin autoridades legítimas, el pueblo asume el ejercicio de su soberanía mediante la creación de las juntas provinciales, que se ocuparon de dirigir y organizar la resistencia al invasor. En julio las tropas del General Castaños vencen en Bailen y en agosto recuperan Madrid, los franceses pierden en todos los frentes.
El 25 de septiembre de 1808, delegados de las Juntas se reunieron en Aranjuez y decidieron asumir el poder, con el nombre de Junta Central Suprema y presidida por el conde de Floridablanca. En Noviembre de Napoleón llega al frente de un importante ejercito y durante 1809 ocupa toda la península a excepción de Cádiz (protegida por la armada española y británica). Luis María y su hermana María Teresa huyen de Toledo a Andalucía con la comitiva de la junta Central y toman parte activa en los acontecimientos liberales.
A principios de 1810, ante los fracasos militares, la junta Central convoca elecciones de diputados a unas nuevas cortes y se disuelve dejando un Consejo de Regencia (constituido el 29 de enero y presidido por el obispo de Orense).
El 24 de septiembre de 1810 se constituyen, en Cádiz, las nuevas cortes, donde tras la misa del Espíritu Santo celebrada por el cardenal Luis María de Borbón, la regencia le cedió, a las Cortes, el destino del país. Allí se dictaron numerosas leyes de corte liberal, Luis María firmó el histórico decreto de abolición del tribunal de la inquisición.
El 19 de marzo la 1812 las cortes aprueban la Constitución, en la que debería basarse toda la vida del país, empezando por el rey. El 7 de agosto de 1812, el obispo de Orense, presidente del Consejo de Regencia, se niega a acatarla y es expulsado del país. Luis María siendo el único miembro de la familia real en suelo español, fue reconocido regente del reino hasta el regreso de Fernando VII.
Durante 1812 y 1813 las tropas francesas pierden prácticamente toda la península y el 11 de diciembre de 1813, Napoleón reconoce la perdida de España y firma el tratado de Valençay con Fernando VII, reconociéndole como rey de España. El 6 de enero de 1814 se instaura en Madrid un Consejo de Regencia integrado por el cardenal Luis de Borbón y dos generales. Las cortes, con mayoría conservadora, deciden reunirse en Madrid el 14 de enero de 1814, no aceptando el tratado de Valençay, ni a Fernando como rey hasta que jure la constitución.
El 24 de enero de 1814 Goya dirige a los regentes una instancia solicitando ayuda económica para "perpetuar, por medio del pincel, las más notables y heroicas hazañas... contra el tirano de Europa". Luis María se la concede y así comienza la historia de tres de los más notables y famosos lienzos de Goya; el que representa el ataque de los mamelucos, en la Puerta del Sol, conocido bajo el título de El Dos de Mayo y Los fusilamientos del Tres de Mayo, con la representación de la matanza de la Moncloa.
El 22 de marzo de 1814 Fernando VII retorno a España y desafiando las ordenes de la Regencia se traslado a Valencia donde el 14 de abril recibe el apoyo armado del general Elio y un documento firmado por 70 diputados realistas, inmortalizado como "Manifiesto de los Persas", recomendando la supresión de la constitución.
"Señor: Era costumbre de los antiguos persas pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias, les obligase a ser más fieles a su sucesor ..."
También acudió a Valencia el primer regente Luis María con instrucciones expresas de no rendir acatamiento al rey hasta que este jurase la constitución. Fernando le recibió en Puzol y, pese a la dilación del cardenal en aceptar la autoridad real, el soberano le exigió con gesto imperioso el besamanos, le obligó a acatarle como rey sin previas condiciones. Solo con una rito, sólo con una orden se enterró la labor de seis años.
La mañana del 13 de mayo llega Fernando a Madrid. Entra por la puerta de Atocha y se detiene en la de Alcalá, de los arcos cubiertos de rosas penden dos grandes cuadros de Goya, encargados por el regente Luis María: El 2 de mayo en Madrid y Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pio, el 3 de mayo de 1808. Se detiene el monarca a admirar las pinturas por un momento, luego continua el paseo triunfante, en su tétrica carroza negra.
El 4 de mayo de 1814 se fechó el golpe de estado con que Fernando VII recuperó el poder absoluto. Días después detiene a la regencia, excepto al cardenal Luis María (presentado como leal al rey, pero obligado a retirarse a Toledo y a renunciar al arzobispado de Sevilla y a sus rentas) y a 24 diputados liberales seguidas de las denuncias y detenciones de liberales y afrancesados, vuelve a instaurarse el tribunal de la Inquisición y comienza la primera de las dramáticas emigraciones de carácter político que caracterizaran a España desde entonces.
Un gobierno tan inadecuado condujo a la proliferación de pronunciamientos y conspiraciones (Espoz y Mina el 25 de septiembre de 1814, Porlier el 18 de septiembre de 1815). Finalmente el teniente coronel Rafael Riego hace capitular el 7 de marzo de 1820 a Fernando VII, quien tuvo que jurar la constitución de 1812. El 9 de marzo se constituye una Junta Provisional Consultiva, presidida por el cardenal Luis María, que ya había publicado una pastoral favorable a la constitución.
Luis María fue, durante el trienio liberal, presidente de la junta provisional de gobierno y consejero de estado. Su muerte en Madrid el 18 de marzo de 1823 le ahorro, seguramente, la represión y el castigo del rey tras la restauración del absolutismo, unos meses después (el 7 de abril de 1823 entran en España los cien mil hijos de san Luis, enviados por la Santa Alianza: Francia, Prusia, Austria y Rusia, reponiendo el orden absolutista).
Luis María fue enterrado en la sacristía de la Catedral de Toledo, en un bello sepulcro neoclásico de alabastro, labrado en Roma en 1824 por Valeriano Salvatierra, Escultor de Cámara honorario por entonces.
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Arzobispos de Sevilla
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